Sobre el lavado de manos

Twitter: @laihaddmor

Etiqueta al estornudar, pero poca ética política al actuar nos han mostrado nuestros representantes políticos desde hace mucho tiempo. Se podría pensar que desde que Poncio Pilato lo hizo, éstos llevan perfeccionando su técnica de lavado de manos 'Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis” (Mateo 27:24). De esta manera, se lavan las manos constantemente ante los asuntos más relevantes de nuestros tiempos; asuntos que, ameritan toda su atención. 

Pobreza, hambruna, cambio climático, violencia de género, redistribución de la riqueza, la violación sistemática a nuestros derechos; son solo algunos de los temas a los cuales llamo relevantes. Y ahora, con la Pandemia (miedo) rigiendo sobre todos los temas, pareciera que, se nos están olvidando a los ciudadanos también.  

Por poner algunos ejemplos cercanos del lavado de manos político; ¿se acuerdan cuando la SEGOB dijo que la Estrategia Abrazos y no Balazos, estaba funcionando? ¿O cuando Nuestro Señor Presidente  y su esposa condenaron las pintas durante las marchas feministas dejando de lado las formas que usa el feminicida?¿qué hay de cuando el Presidente mostró su escapulario (escudo protector) para combatir la Pandemia; o la más reciente, cuando Muller dijo que no era médico para atender niños con cáncer? 

Estamos viviendo un momento que Naomi Klein define como la Doctrina del shock, la cual se refiere a una estrategia política que utiliza las crisis a gran escala para promover políticas que profundicen la desigualdad; basándose en el supuesto de que en momentos de crisis, la gente tiende a centrarse en las emergencias diarias de sobrevivir y tiende a confiar demasiado en los que están en el poder.  

A dos años de gobierno de la 4T, los principales problemas del país se han agudizado,  y democráticamente hablando, hemos retrocedido; pero los Megaproyectos, abanderados desde el Plan Nacional de Desarrollo, continúan en su implementación. Además, durante el confinamiento el Ejecutivo ha mandado elementos de seguridad, desde  elementos de la policía, hasta la Guardia Nacional a todos los lugares en donde se desarrollarán estos proyectos. Cabe resaltar, que en todos estos lugares hay movimientos de resistencia social. 

Tanto comunidades como asociaciones civiles han asegurado que existen irregularidades y anormalidades en la ejecución de las obras, tanto del Tren Maya como del Tren Transístmico. Personas desalojadas en medio de la pandemia siguen manifestándose día a día; Green Peace los ha apoyado a hacer visible este problema en la agenda pública.

“De continuar el proyecto estaría en riesgo la salud y la vida de las y los trabajadores que tendrán que continuar con las obras, así como de la población, mayoritariamente indígena”. 

Ante todo este contexto vale la pena recordar que para construir un mundo más justo y representativo, la nueva realidad nos demanda dejar de lavarnos las manos. Hoy más que nunca debemos sumar fuerzas para impulsar otro modelo político, social y económico. Siente global, piensa local, actúa individual y genera comunidad.  

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