A 60 días del 6 de junio

A escasos dos meses del proceso electoral más grande en la historia del país y en medio de una pandemia, las necesidades que ya eran urgentes, se han vuelto aún más y a esto se han sumado nuevos problemas que requieren de atención de los gobernantes a nivel local y federal. El 6 de junio se votarán más de 20 mil cargos y el escenario que enfrentamos exige, desde todos los frentes, que estemos conscientes de la trascendencia que tendrá las decisiones que se tomen en las urnas.

Esta tarea se hace bastante complicada cuando la oferta de quienes buscan representarnos es tan pobre. Por un lado, tenemos a la alianza de Juntos Hacemos Historia compuesta principalmente por Morena y los partidos que se sumaron y lograron acaparar las mayorías en las últimas elecciones, sin importar que varios de esos partidos hayan estado en alianza con “los enemigos” en comicios pasados, su oferta es clara: continuar con el proyecto de gobierno que propone AMLO y que ha prometido transformar la vida pública del país. Después tenemos a la alianza Va Por México compuesta por los tres partidos que en su momento tuvieron la mayoría del poder y provocaron todos los males a los que se antepone el actual gobierno. Por último, tenemos a Movimiento Ciudadano que va sin alianzas y con propuestas que no quedan del todo claras y que se ven opacadas por ciertos candidatos que nada tienen que ver con lo que pregonan.

Podríamos también sumar a los partidos satélite y que apenas obtuvieron el registro, pero como sucede en cada periodo electoral, son partidos que eventualmente terminan desapareciendo al no obtener el mínimo y que se adhieren a otro partido. También deberíamos discutir que tan productivo ha resultado esto para nuestra democracia y el financiamiento que reciben, pero es un tema de análisis mucho más amplio.

Volviendo a la oferta política de estas elecciones, en realidad no tenemos que elegir entre las mejores propuestas o perfiles para representarnos. Nos están poniendo a votar a favor o en contra del presidente, como si la magnitud de los problemas públicos que nos aquejan no merecieran propuestas sólidas de solución fuera de lo que se ha planteado en la actual administración. La seguridad pública, la violencia contra las mujeres, el desabasto de medicamentos, la garantía de derechos de personas con discapacidad, comunidades indígenas, trabajadores informales y minorías no ha visto mejora alguna, al contrario, se ha retrocedido y podemos continuar una lista con los temas de urgente atención y que las próximas legislaturas y gobiernos locales deberían poner al centro.

México es mucho más de lo que el proyecto de la Cuarta Transformación ha planteado y quienes vayan a representarnos deben tenerlo claro, necesitamos representantes autocríticos y conscientes de la realidad que viven millones de familias que han caído en la pobreza a causa de la pandemia o que su situación ha empeorado con ésta. El camino hacia un país donde podamos vivir una vida digna, en paz y con derechos aún está lejos y si eso no está al centro, seguiremos retrocediendo y podría resultar trágico en el futuro inmediato.

No caigamos en la trampa de una guerra donde ninguno de los dos polos está dispuesto a perder y hará todo para conseguir su cometido dejando completamente de lado el objetivo de representarnos con dignidad y justicia. No abandonemos las causas justas ni el combate contra las malas prácticas al interior de los partidos, seguimos viendo, en su mayoría, a las mismas caras sin propuestas y lejanas de la realidad de la mayoría.

Desde fuera, exijamos propuestas, no nos enfoquemos en los ataques de quién es menos peor, merecemos propuestas concretas que transformen la realidad que vivimos, no sigamos ajenos a la política conformándonos con lo que hay. La vida pública del país y el debate democrático nos pertenecen a todas y todos siempre, no solo hacia el 6 de junio.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @YessUrbina

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