La diplomacia mexicana

Por Alejandra Mata Mardegain

Apenas hace unos días, el presidente de la República, Lic. Andrés Manuel López Obrador, confirmó su visita a Nueva York para el mes de noviembre, esto, en el marco de la presidencia rotativa de México en el Consejo de Seguridad de la ONU, reiterando su propósito de hablar frente al foro encargado del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, sobre el problema que él considera el más apremiante en el mundo: la corrupción.

Recordemos que, México obtuvo un asiento como miembro no permanente, para cumplir un periodo de dos años (2021-2022) en el Consejo de Seguridad, esta elección contó con el apoyo de 187 países, así como el endoso del Grupo de Estados de América Latina y el Caribe (GRULAC), reafirmando así, su posicionamiento como líder de la región y aún más importante, como promotor de una diplomacia activa y eficaz, que beneficie a todas las naciones, sin dejar a nadie atrás.

La política exterior mexicana, encuentra su fundamento legal en el Artículo 89º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y por tradición, se ha dedicado a enfocar sus esfuerzos en promover una agenda que permita la cooperación internacional para el desarrollo, la resolución de conflictos internacionales a través del diálogo y la mediación, así como a defender insaciablemente la soberanía de las naciones y la no intervención, este último principio, algo paradójico al ser pronunciado por el mismo país que recientemente ha encontrado distintas maneras para manifestar su apoyo a gobiernos de la izquierda latinoamericana.

Estos ejes prioritarios, han sido el motor que ha impulsado los trabajos que la diplomacia mexicana se ha encargado de proyectar durante su participación los últimos meses en el Consejo de Seguridad, destacando resoluciones como la 2565 (2021), la cual fue copatrocinada por nuestro país, y reafirma la importancia de reforzar el Mecanismo COVAX para asegurar el acceso igualitario a medicamentos, personal médico y vacunas contra COVID-19 en zonas afectadas por conflictos o con emergencias humanitarias. De igual modo, no olvidemos el acto de solidaridad realizado por México, al donar miles de vacunas a países latinoamericanos, una vez más, reafirmando su compromiso por contribuir con la región.

“La mejor política exterior es la interior”, una frase pronunciada por nuestro presidente pero que realmente no termina de hacerle justicia a todas las iniciativas y trabajos que se llevan a cabo desde la Cancillería, hasta cada Misión de México en el exterior. A pesar de que no ha sido el sexenio más activo en la materia, muchos son los esfuerzos que se realizan día con día para posicionar a México como un país reconocido en el panorama internacional.

Frente a la coyuntura internacional que vivimos, no podemos dejar de actuar de acuerdo con la tradición histórica de México, que busca luchar en favor de la paz, y la seguridad de las naciones. Continuemos con los buenos oficios y la fraternidad que nos caracteriza, el mundo necesita de la diplomacia mexicana. 

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