Opinión

Debieron decirle

miércoles, 24 de junio de 2020 · 12:18

Twitter: @JLUIS_CUEVAS

La vida después de la gloria del futbol tendría que existir para el ídolo. Los recuerdos son los que fortalecen el alma, también, en algunos casos, los que la atormentan. Para tipos tan antinaturales como Diego, el futbol pudo darle todo lo que mereció, también, muy temprano lo arrebató de este mundo para llevarlo a un entorno que pudo ser genial, y terminó siendo vergonzoso.

Nací 15 meses después de “la jugada de todos los tiempos”, aquel gol que resume la Guerra de las Malvinas, “¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina?”, expresó con un relato emocionado el uruguayo Víctor Hugo Morales. Diego ya era Maradona en aquel 1986, no obstante, aquella Copa del Mundo fue sin duda su consolidación. 

Después de vencer a Alemania en la gran final, Maradona enfrentó el partido más complejo de su vida, cuando parecía que lo ganaba por goleada, 8 años después, nuevas generaciones de amantes del futbol teníamos nuestro primer contacto con  “Maradona”, el mundial de 1994 fue para muchos el primer recuerdo, ahí, el “10” albiceleste era noticia, un doping de Diego, nos había arrebatado la oportunidad a muchos. Maradona el primero de ellos.

Lamento mucho no haber podido ver a Diego en plenitud, los videos y documentales me han permitido entender lo que Diego significó para generaciones enteras de padres de familia que popularizaron en el Registro Civil los “Diego Armando”, no fue mi caso. Recientemente en un viaje a Nápoles, viví en carne propia la pasión de su gente por Maradona, más de un italiano no dejaba de describirlo como la persona perfecta, el amor por Diego sigue ahí, como en Argentina, llevarlos a la cima del cielo, ponerlos en el mapa, será un gran regalo que nunca olvidarán, por ello no se atreven a cuestionarlo.

A últimos años, y tras una búsqueda incesante de un libro que jamás encontré en tiendas, la colección de un buen amigo (Jorge Witker, QEPD) su generosidad, me permitieron tenerlo; ahí encontraría mi infancia en historias de futbol: Los Cuadernos de Valdano.

Llevo días releyendo una historia que no va más allá de 4 páginas, que mejor que el “11” de la Argentina del 86’ para describir a su “10”, en un relato lleno de arrepentimiento y descripción total, Jorge Valdano señala:

“Debimos decirle toda la verdad: Mira Diego, Jugás al futbol como Dios, pero solo eres un hombre”.

El pasado lunes, el gol de Maradona ante Inglaterra cumplió 34 años, Diego estaba en casa, ahogado, intoxicado, fuera de sí... Me cae tan mal la gente que rodea a Maradona, es una lástima lo qué pasó con él, una vergüenza más para la bola de vividores que lo rodean: “Algún día Diego se mirará desde el balcón de su memoria, recordará a la gente sencilla que lo quiso y también a los babosos que lo usaron”, menciona Valdano en aquella publicación que tras el vergonzoso acto, parece la descripción perfecta.

No tengo la menor duda qué hay momentos que cambian tu vida, desde aquella genialidad, Diego ya no fue el mismo, el ídolo se adueñó de la persona y ya nunca más volvió a la tierra. Maradona está atorado en una realidad alternativa, por eso decía que los recuerdos muchas veces atormentan el alma, DEBIERON DECIRLE, coincido.

Hasta la próxima. 

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