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Se ha hablado mucho del T-MEC y un sin número de expectativas que contrae este acuerdo comercial internacional, pero lo más importante son las consecuencias positivas y negativas que generaría a corto, mediano y largo plazo. Por tal razón, es increíble que algunos especialistas manifiesten que el primer impacto positivo se verá reflejado en 2020, lo cual es muy complicado. Lo que se podría obtener es una definición de capitales nacionales y extranjeros que llegarían a nuestro país para los años continuos del sexenio, es decir, mientras no se tenga una definición legislativa completa respecto a los sectores de inversión que vincula al T-MEC (energía, infraestructura, productos y servicios, empleo, entre otros) no podrá haber una claridad respecto al impacto real en nuestro país.
Declaraciones de la OCDE
De acuerdo a la nota periodística del periódico El Economista “T-MEC no resolverá los problemas de México, pero lo diferenciará de otros países, dice la OCDE” (Notimex, 10 de enero de 2020), menciona José Ángel Gurria, Secretario General de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, que nuestro país tendrá una economía fortalecida, pero que “no nos va a sacar de pobres”. Esto de acuerdo a el último pronóstico de crecimiento económico de 1.2 y 1.6% para el 2020-2021. Argumentos totalmente sin una base sólida más que una proyección como otras que en el pasado se realizaron con cambios constantes. Incluso sucedió el año pasado cuando proyectaron en el primer trimestre del año un crecimiento de 2.2%, para el primer semestre 1.6% y así sucesivamente hasta llegar al último semestre con una expectativa de crecimiento del 0.2%. ¿Esto qué quiere decir? Tal parece que dichos pronósticos se manifiestan públicamente como presagio de condiciones generales que se delimitan a eso, pronosticar.
Por otro lado, los comentarios del secretario general son muy acertados al mencionar que “sería un crecimiento bienvenido, pero definitivamente insuficiente en México”, por supuesto. Se requiere de mucho trabajo en conjunto para elevar el porcentaje de crecimiento para su recuperación económica. No se puede decir que México está creciendo económicamente hasta no recuperar el más alto porcentaje histórico, un poco más del 6.5% en la década de los 50’s. Sin duda hay mucho por hacer.
Ventajas y desventajas
Nuestro país necesita garantizar jurídicamente a través del poder ejecutivo y legislativo las bases que permita atraer mayor inversión, asegurar empleos, generar economías circulantes y desarrollo nacional. Se tiene que aprovechar en estos momentos coyunturales.
Si deseamos obtener beneficios es necesario que el sector empresarial contribuya no sólo con capitales, sino también con voluntad fraternal, es decir, permitir que los trabajadores obtengan mayor ingreso para fortalecer la economía nacional. Así mismo, mejorar los esquemas laborales para obtener mejores resultados productivos.
De igual manera, los gobiernos estatales deben mejorar sus estrategias de seguridad en coordinación con el gobierno federal para garantizar la tranquilidad y armonía social, que a su vez, impactará positivamente en los sectores comerciales y empresariales.
De no aprovechar las oportunidades que ofrece el T-MEC desde su entrada en vigor, podríamos continuar con expectativas económicas de crecimiento igual a las que ofrecen muchos especialistas sin alguna aportación que beneficie la confianza de México al exterior.
Reflexión
Falta mucha voluntad política para asegurar el futuro de los mexicanos. La responsabilidad es de todos. Considero que el sector empresarial tiene mucho que ofrecer para México. Si las condiciones de los trabajadores mejora se fortalecerá la economía, habrá mayor ingreso familiar, consumo responsable, producción, mejoramiento de la política sustentable y mayores ganancias de las que nos podríamos imaginar, todos ganamos.