La cereza del pastel, del trabajo a distancia, fue que los patrones ya no entendían de horarios, días inhábiles ni límites: “Mándaselo ahorita, al fin que está en su casa”.
La cereza del pastel, del trabajo a distancia, fue que los patrones ya no entendían de horarios, días inhábiles ni límites: “Mándaselo ahorita, al fin que está en su casa”.