Opinión

Charla en la Oficina Oval

domingo, 12 de julio de 2020 · 17:02

Twitter: @UZETASUM

El morbo rodeo el encuentro de la semana pasada, desarrollado en la Casa Blanca, entre los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de México, Andrés Manuel López Obrador.

Este morbo se alimentó además con todo tipo de especulaciones, suposiciones y emociones por el momento en el que se desarrolló esta reunión, debido a la contingencia sanitaria que prevalece por el Covid-19 y a la entrada en vigor del nuevo tratado comercial de Norteamérica conocido como T-MEC.

Sin embargo, las versiones sobre la charla privada que sostuvieron ambos presidentes en la Oficina Oval, la que ocupa el presidente de Estados Unidos, no las conocemos. Ese es, en realidad, el momento cumbre y más importante en toda visita de mandatario alguno a la Casa Blanca.

Es ahí donde, en corto, los interlocutores se dicen las cosas como son, sin protocolos y testigos, salvo los traductores. Es ahí donde se marcan las prioridades de uno y otro lado, y se da o no, la química entre los participantes.

Imaginemos por un momento de qué hablaron Trump y AMLO en esos minutos: ¿Qué se dijeron?, ¿Qué acordaron?, ¿Qué pactaron?, ¿Qué chistes se contaron para relajar el ambiente? ¿Qué lenguaje adoptaron?, ¿Qué ambiente se vivió?

Pues solo ellos lo saben. Para el resto de los mortales, nos queda hacer un ejercicio de imaginación a partir de la coyuntura que vivimos y que va marcando las prioridades de los gobernantes, para tratar de adivinar de qué hablaron.

Aquí va mi hipótesis: Si bien en la agenda México-Estados Unidos hay una infinidad de temas bilaterales de la mayor relevancia, en esta ocasión a ambos mandatarios los unió un interés particular: las próximas elecciones y su permanencia en el poder.

Lo mencionaba en mi anterior columna, Trump y AMLO son almas gemelas a pesar de su origen tan distinto. Pero en estos momentos el destino los ha puesto en una coyuntura crucial para sus intereses políticos particulares.

Ambos llegaron a la presidencia de forma poco usual. Y ambos buscan permanecer en el poder más allá también de lo usual. Por ello, el encuentro cara a cara en la Casa Blanca era tan importante.

López Obrador no quiere perder poder en las elecciones intermedias del 2021, donde se definirán varias gubernaturas y se cambiará en su totalidad la Cámara de Diputados.

Trump, por su parte, no quiere salir derrotado de las elecciones presidenciales de noviembre próximo, por lo que supeditará cualquier tema y controversia a este objetivo prioritario para él.

Ambos están dispuestos a pactar con el diablo si fuera necesario para obtener la victoria y mantener intacto su poder. Ambos acordaron utilizarse y apoyarse para lograr ese objetivo político-electoral.

Ambos están dispuestos a mostrarse en público como los mejores amigos a pesar de sus notables diferencias. A ambos los une la ambición y su agenda política particular.

Es tal su necesidad de lograr el triunfo en las urnas, que ambos sellaron su acuerdo con algún tipo de ritual o señal que los unirá en una misma aventura en los meses por venir. Quizás intercambiaron algún objeto o símbolo para recordar su acuerdo.

Más allá de los intereses de sus respectivos países, Trump y AMLO pactaron un acuerdo de complicidad política que los hermana y compromete. En ello les va su vida y la permanencia de sus intereses.

Ese fue el tema que consumió el tiempo en la charla privada en la Oficina Oval el miércoles 8 de junio pasado.

¿Comparten ustedes esta hipótesis?

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