Opinión

Frente a la pandemia todos somos iguales

jueves, 14 de mayo de 2020 · 14:21

Twitter:  @AGuerreroMonroy

En estos tiempos inéditos en el mundo también existen las buenas noticias. Estos buenos augurios provienen de Italia, un país muy afectado por el Covid-19.

En un hecho histórico, Italia regulariza a las y los migrantes indocumentados mediante un acuerdo que prevé un permiso temporal de trabajo a quienes no hayan cometido delitos en los últimos cinco años.

La medida busca beneficiar a 600,000 trabajadores migrantes que se encuentran de manera irregular en territorio italiano, los cuales corren el riesgo permanente de contraer el letal virus y al mismo tiempo no cuentan con el derecho a ser atendidos por el servicio médico público de Italia. Más aún, no tienen la posibilidad de cubrir sus necesidades básicas sin arriesgarse a ser detenidos y terminar encerrados.

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La comunidad migrante que vive y trabaja en Italia funge como la principal fuerza laboral en el campo.

Son ellas y ellos los que de manera invisible cosechan -en una situación precaria- los alimentos que llegan a las mesas de los hogares italianos. Otra parte importante de la comunidad migrante tiene un rol importante como trabajadoras domésticas.

La regularización, que para algunos es considerada utilitarista porque garantizaría la mano de obra y la supervivencia de sectores esenciales como el agrícola, alcanzará también a trabajadores que se desempeñan en cuidados sanitarios, una actividad muy valorada y reconocida durante estas semanas en Italia.

La iniciativa ha sido respaldada por múltiples organizaciones así como por miles de personas y grupos sociales. Incluso el Papa Francisco se pronunció a favor de que el colectivo migrante vea su situación regularizada y de esta forma obtengan derechos sociales.

Desde el gobierno, la ministra de Agricultura Teresa Bellanova -del partido minoritario Italia Viva-, ha impulsado con ahínco esta medida “para garantizar la dignidad de las personas, la protección de la legalidad y las necesidades del mercado laboral”. Bellanova, que es reconocida como una combativa exsindicalista y exmilitante del Partido Democrático –hoy en las filas de Italia Viva de Matteo Renzi- ha manifestado que “se debe prevenir la emergencia en los guetos y acabar con la explotación”.

La ministra ha declarado de esta forma la guerra al denominado “caporalato”, el cual es el sistema ilegal de reclutamiento de mano de obra mediante los caporales y es que alimenta a las mafias.

El “Decreto Rilancio”, que contiene las medidas de regularización, ha provocado fuerte tensión política entre los dos partidos del gobierno, el Partido Demócrata y el Movimiento Cinco Estrellas que se oponía al proyecto.

Llama la atención que la campaña ¡Siamoqui! Sanatoria Subito! (¡Aquí estamos! Regularización ya!) tuvo un vigoroso impacto en redes sociales y fue recibido con entusiasmo por otros movimientos similares en Europa, particularmente en España, en donde se lanzó una campaña semejante bajo el hashtag #RegularizaciónYa.

Los efectos de la pandemia han afectado con mayor intensidad a las personas más expuestas de la sociedad como los migrantes.

En el contexto de esta crisis sanitaria, países con una importante población migrante como lo es Estados Unidos, han sido golpeados con gran magnitud por el coronavirus, afectando severamente a más de 11 millones de indocumentados -la mitad de ellos mexicanos-.

El mensaje enviado por Italia es muy positivo y presenta nuevos horizontes a los colectivos migrantes en el mundo porque abre el debate a nivel internacional. Queda por ver si otros países siguen esta ruta virtuosa, beneficiando a millones de trabajadores migrantes.

Es un deber en tiempos de crisis que nuestras sociedades sean solidarias y otorguen derechos a quienes tanto aportan a la economía y al bienestar del país receptor. En este sentido, se debe asegurar el acceso de los migrantes a un derecho humano fundamental como lo es el derecho a la salud.

Finalmente, frente a la pandemia todos somos iguales, incluidos los migrantes.

 

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