De nuestros días, existen pocas actividades que hayan levantado una repercusión tan fuerte en las personas como los juegos de apuestas.
Y pese a que este tipo de actividades existen desde tiempos inmemorables, no fue sino hasta finales del siglo XX que se dieron las condiciones económicas y tecnológicas para que disciplinas como las apuestas deportivas o el póker profesionalizaran sus actividades, lo que conllevó un crecimiento aún mayor de adeptos a estos juegos y también a todo un movimiento formativo alrededor de ellos.
Hoy en día, el póker es el perfecto ejemplo de un juego que se sacudió de esa imagen de ser un juego de suerte para ser considerado como una disciplina de habilidad. Y este fue un cambio de chip fundamental que motivó la aceleración de la profesionalización del póker. Porque mientras otros juegos como la ruleta o el tragamonedas son considerados como juegos puramente de ocio y entretenimiento, el póker ya es una disciplina de estrategia como lo es el ajedrez, por ejemplo.
Y así como existen torneos de ajedrez, un ranking y jugadores reconocidos a nivel mundial en el ajedrez, lo mismo ocurre en el póker, y esto te da una imagen de los escalones que subió este juego en la consideración del público.
En sus inicios, el póker era incluso un juego no permitido en la mayoría de las cartas magnas de países en el mundo, pero poco a poco fueron liberalizando su actividad porque la popularidad que generaba en la sociedad era imparable.
La explosión del póker llegó con la era del internet. El desarrollo exponencial de plataformas de juego en línea hizo que el póker estuviera al alcance de todo aquel que tuviera un ordenador y acceso a internet, y la facilidad del sistema de juego hizo que fuera un juego que desde los inicios del internet ya tuviera una grande distribución.
A partir de entonces, el crecimiento del póker lo llevó a que hoy en día hablemos de torneos como el World Poker Tour, las Series Mundiales de Póker o el Latin American Poker Tour de PokerStars.
Y basta con decir que cadenas de televisión internacionales como ESPN y FOX empezaron a transmitir estos torneos a todo el mundo para entender de la magnitud de popularidad que alcanzó esta disciplina y por qué hablamos de que ya se trata de una actividad profesional.
De igual manera, la televisión es un factor determinante en las apuestas deportivas, porque el modelo de negocio de estas actividades se centra en que la gente pueda tener acceso a la difusión de deportes en los que apuesta.
Y aquí vale recalcar los dos lados de esta industria, tanto la parte de empresas como la parte de consumidores y participantes.
A nivel corporativo, hablamos de empresas de apuestas deportivas casi como empresas de ingeniería de datos, ya que están fuertemente inclinadas en el uso científico de estadísticas para determinar las cuotas de sus ofertas.
En el fútbol, por ejemplo, empresas de análisis de datos construyen modelos estadísticos exclusivos para casas de apuestas como el famoso xG (Expected Goals) o goles esperados, que te da una idea del valor de cada disparo al arco de un jugador y la suma de todas las chances que tiene un equipo en un partido.
Y del lado del consumidor, no es solo apostar por apostar, ya sea a tu equipo de predilección o al que escuchaste en una conversación de bar que ganaría el partido.
Los aficionados a las apuestas deportivas son auténticos analistas deportivos que se fijan en toda una sarta de números estadísticos para intentar acotar lo máximo posible sus apuestas.
De ahí salió una profesión nueva como lo es la del Tipster. El Tipster es un personaje que te ofrece tips (consejos en inglés) acerca de apuestas que podrías realizar y te garantiza un mínimo de acierto en las recomendaciones que te da.
Existen tipsters que ofrecen incluso subscripciones como si se tratara de un servicio online, y que te ayudan a hacer elecciones basadas desde un punto de vista científico y más estudiado.