Sobre la mesa
Twitter: @gerardohdz_p
México es un país de contraste y el mercado laboral no es la excepción. En el mundo del trabajo mexicano, que es muy amplio, hay trabajadores de oficina, de campo, de fábricas, de negocios y la lista es muy amplia.
En una realidad pequeña, podríamos decir que el home office será una de las modalidades más usadas para trabajar una vez que pase el coronavirus, pues el teletrabajo se posicionó como una alternativa para cuidar a los trabajadores del Covid-19, pero ¿realmente cuántas actividades pueden hacerse vía remota? ¿Qué hay de los trabajadores que no pueden hacer sus labores desde casa, los del campo, por ejemplo?
#LoMasLeido | Si, si está bien por los empleados de Estados Unidos ?? y Canadá ??
Pero ¿y los nuestros, Alsea? ? ¿Qué va a pasar con los empleados de Starbucks (@StarbucksMex)? ?? https://t.co/Imox1pWzJ5
— Gluc (@GlucMx) March 29, 2020
En una realidad pequeña, podríamos afirmar que el coronavirus demostró que los acuerdos entre empleados y patrones fue una buena alternativa para proteger el empleo y asegurar la continuidad de las empresas, pero
¿Qué pasa con los trabajadores del sector informal, los que se emplean en changarros que también viven al día?
En una realidad pequeña, algunos especialistas dirán que el coronavirus demostró que los beneficios adicionales a las prestaciones son fuertemente valorados por los trabajadores porque son una protección, pero ¿qué hay de los 16.6 millones de subordinados que no tienen acceso a servicios de salud y los 13.6 millones que no tienen las prestaciones básicas de Ley?
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El mercado laboral mexicano no siempre es el que pintan los que están al frente de grandes organizaciones, es una realidad compleja que se caracteriza por precarización del empleo, pocas oportunidades de trabajo, empleos sin seguridad social ni prestaciones, alto riesgo de automatización e informalidad.
Por ello, el coronavirus no sólo dejará grandes afectaciones en la salud, también lo hará en la generación y conservación de empleo. El año pasado tuvimos una desaceleración fuerte en la creación de plazas formales y, por si fuera poco, en diciembre se presentó una destrucción importante en puestos de trabajo.
COVID-19 Afecta y afectará de estabilidad financiera
El Covid-19 impactará de manera profunda los empleos del sector informal y a los formales que menos ganan -porque los ejecutivos, probablemente conserven sus trabajos-, afectará al personal operativo, al trabajador de piso, que muchas veces no tiene ni prestaciones, ni seguridad social, a la fuerza laboral menos capacitada…
El coronavirus también le pegará a quienes hacen freelanceo y a algunos trabajadores eventuales.
La intención no es ser pesimista, pero la actividad económica no se ha comportado igual desde que el coronavirus comenzó a tener mayor presencia en nuestro país, en especial para las micros, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), eso afecta la estabilidad financiera y la capacidad de mantener los empleos una vez que pase la situación sanitaria del coronavirus.
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A eso, hay que sumar que la confianza en la inversión tuvo un duro golpe con el caso de Constellation Brands. El año pasado, la confianza -o falta de confianza- de los inversionistas, en buena medida por el contexto del T-MEC, fue uno de los factores de la desaceleración en la generación de empleo. Este 2020 pintaba para mejorar en ese sentido, pero cancelar una fábrica mediante una consulta, no es una de las mejores señales.
Este factor, que se conjuga con el coronavirus y su impacto en la actividad económica podrían alejarnos de la posibilidad de crear y retener una buena cantidad de plazas de trabajo.
El Centro de Análisis Económico del Tec de Monterrey estima que en este contexto se podría perder la oportunidad de crear 600,000 nuevos empleos. En un pronóstico más radical, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico considera que se podrían perder 900,000 empleos, si no se toman las medidas de recuperación a tiempo.
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¿Se están tomando las medidas a tiempo?
Al parecer en el sector patronal no se ve así y menos en las micro empresas, aunque es una buena intención la del gobierno de adelantar las Tandas del Bienestar, los 6,000 pesos que otorgan en el primer pago, sirven para muy poco y eso confirma que, con buenas intenciones no se recupera una economía golpeada por una pandemia.
Ahora bien, el coronavirus está pegando fuertemente la economía mexicana porque en buena medida está compuesta por informalidad, ese sector que ha resultado como una “válvula de escape” para no perder crecimiento económico y eso la convierte en una economía aún más endeble ante una pandemia.
El problema no será sólo perder entre 600,000 y 900,000 empleos, sino ¿A dónde se irán esos desempleados? Así es, seguramente a la informalidad.