Espacio

Colapsa radiotelescopio gigante del Observatorio de Arecibo en Puerto Rico

Una instalación histórica ha perecido y los investigadores puertorriqueños y la comunidad de astrónomos a nivel mundial lo lamenta. ¿Qué ocurrió? Esta es la historia.
martes, 1 de diciembre de 2020 · 10:37

Un enorme radiotelescopio del Observatorio de Arecibo en Puerto Rico, que ha jugado un papel clave en varios de los descubrimientos astronómicos más importantes durante más de medio siglo, colapsó la mañana de este martes.

Así lo informó Ramón Lugo, director del Florida Space Institute de la Universidad de Florida Central, instituto que administra el Radiotelescopio histórico de 57 años para la Fundación Nacional de Ciencias (NSF por sus siglas en inglés).

Fue el 19 de noviembre pasado cuando la NSF decidió desmantelar el Observatorio de Arecibo tras dos roturas de cables que pusieron la plataforma de más de 900 toneladas al borde del colapso. Sin embargo, al final no pudo sobrevivir lo suficiente para una demolición controlada y terminó por derrumbarse esta mañana.

El colapso sorprendió a muchos científicos que habían confiado y participado en varias investigaciones en lo que hasta hace poco era el radiotelescopio más grande del mundo. De hecho, científicos de todo el mundo habían estado solicitando a funcionarios estadounidenses y otros que revirtieran la decisión de la NSF de cerrar el observatorio.

La NSF dijo en ese momento que tenía la intención de reabrir finalmente el centro de visitantes y restaurar las operaciones en los activos restantes del observatorio, incluidas sus dos instalaciones Lidar utilizadas para la investigación de la atmósfera superior y la  ionosférica, incluido el análisis de la cobertura de nubes y los datos de precipitación.

El radiotelescopio del Observatorio de Arecibo fue construido en la década de 1960 por el Departamento de Defensa de Estados Unidos en medio de un impulso para desarrollar defensas de misiles antibalísticos. Había soportado huracanes, la humedad tropical y una reciente serie de terremotos en sus 57 años de funcionamiento.

El telescopio se ha utilizado para rastrear asteroides en un camino hacia la Tierra, realizar investigaciones que llevaron a un premio Nobel (los pulsares binarios) y determinar si un planeta es potencialmente habitable. También sirvió como campo de entrenamiento para estudiantes de posgrado y atraía a unos 90 mil visitantes al año.