Seguramente nos han contado historias de suegras detestables que solo buscan molestar al ser humano con el sus hijos decidieron casarse. Pero esta suegra es otro nivel: en el día de la boda de su hijo, usó un vestido de novia.
Fue en 2004 cuando Amy Pennza se casó y en una fotografía, se ve a ella tensa mirando a su suegra con un vestido blanco.
“Mi puño está cerrado, mi espalda está muy rígida, puedes ver los huesos en mi columna”, dijo Amy al New York Post. Sin embargo, dio una explicación antes de que todo el mundo explotara en contra de las suegras.
Según su relato, la suegra es una mujer muy generosa que siempre ha apoyado a sus hijos y se vistió de la misma manera que su nuera porque no resistió a la oferta del vestido.