Desde hace unos meses el guardia de seguridad Paul Flart, como se hizo llamar en Internet, ha hecho de los pedos -o flatulencias, como dirían los cautos-, una forma de expresarse.
En Gizmodo describieron a Doug, su nombre en la vida real, como a un “artista incomprendido”, pero aquí preferimos pensar que estamos ante un tipo ordinario que disfruta de lo ordinario. Ya nadie hace eso, al menos en redes sociales, sin sentir pena alguna. Esto, lo ha llevado a tener más de 52 mil seguidores en Instagram y a estar desempleado.

Sus publicaciones son simples, a diferencia de sus estruendosas flatulencias. Cada video, a pesar de ser siempre iguales, son distintos gracias al sonido de fondo: sus pedos varían de ritmo y tono.
La popularidad de este sujeto se debió gracias a una publicación en Reddit con la recopilación de sus mejores momentos. Pero su repentina fama desembocó en una desgracia que lo llevaría a perder su empleo. La compañía explicó que la causa de su despido no se debía a su higiene personal, sino por exponer a la empresa al publicar imágenes con su logotipo.

Pero Flart no se desanimó. En entrevista con Vice, este apestoso hombre contó que en un futuro se imagina haciendo videos de vacaciones por Florida, con una camisa hawaiana y un sombrero, mientras hace lo suyo.
Aunque también aceptó que su fama es como un metáfora de sus flatulencias, el olor prontó desaparecerá.