En unos días, la niña que nació en Brasil por un trasplante de útero de un cadáver, cumplirá un año. Las cifras apuntaban que su nacimiento sería poco probable: porque de los 39 trasplantes de útero que se han intentado entre mujeres vivas, únicamente 11 habían conseguido parir un bebé sano.
La madre de esta bebé, hace un par de años, según la revista médica The Lancet, fue sometida a un cirugía de más de 10 horas para trasplantarle el útero de una mujer de 45 años que había muerto por un derrame cerebral. En ese entonces, ella tenía 32 años, y una enfermedad congénita le impedía ser mamá al no contar con útero. Siete meses después del injerto, se le implantaron sus óvulos que anteriormente habían sido fecundados.
Pero la donante, fallecida, había dado a luz a tres bebés.

En otras 10 ocasiones, este mismo tratamiento había sido utilizado, pero sin suerte. Y ahora, con esta niña a punto de cumplir su primer aniversario, se ha convertido en una nueva esperanza para que más familias puedan tener hijos. Aunque también ha sido objeto de críticas. “Es muy cuestionable desde el punto de vista ético”, explicó Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ON), pero “se trata de un logro técnico”.
Según la investigadora Dani Ejzenberg:
“El uso de donantes fallecidos podría ampliar enormemente el acceso a este tratamiento, y nuestros resultados proporcionan una prueba de concepto para una nueva opción para las mujeres con infertilidad uterina.
El número de personas dispuestas y comprometidas a donar órganos después de su propia muerte es mucho mayor que la de los donantes vivos, lo que ofrece una población potencial de donantes mucho más amplia”.
Cuando la niña nació, el útero trasplantado fue retirado de la mamá como un proceso normal en este tipo de métodos, y que es necesario para que la persona no tenga que tomar medicamentos indefinidamente para que su cuerpo no rechace el órgano. Sin embargo, como apuntan en Gizmodo, esto hace “poco probable que esta niña extraordinaria tenga hermanos biológicos que compartan su gestación única en el futuro”.