Por suerte o por otra cosa, el granjero Colin Tremain no perdió la vida al caer en la grieta con la profundidad de un edificio de seis pisos que se abrió el fin de semana en Rotorua, Nueva Zelanda. Según los cálculos, el sumidero tiene una longitud equivalente a la de dos campos de fútbol.
El aguajero, que no está de más aclarar que sorprendió a los más de 70 mil habitantes de esta pequeña ciudad, fue provocada por la acumulación de 100 años de lluvias, como sucede con los socavones, Sin embargo, los especialistas, a diferencia de el granjero de lácteos que casi pierde la vida, se mostraron entusiasmados con lo ocurrido, pues según el vulcanólogo de GNS Science Brad Scott, la sanja dejó al descubierto un suelo de más de 60 mil años de antigüedad en donde hace miles de años hubo volcanes que quedaron bajo una gruesa capa de sedimentos.
