En México, existe la creencia de que después de que una persona pase por un gran susto, debe comer un pedazo de bolillo o pan para curar el susto y mantenerse en calma, sin embargo, ¿esto funciona? ¿en qué nos beneficia comer este tipo de pan? ¿cómo surgió esta creencia?
De acuerdo con una investigación de El Universal esta creencia proviene de una tradición ancestral de la cultura Otomí. Ellos creían que podían curar el susto con el sudor cuando cubrían a las personas de pies a cabeza con alcohol y una mezcla de hierbas, para después taparlo hasta que comenzara a sudar, después, lo dejaban descansar.
Cuando una persona pasa por un susto, su cuerpo comienza a crear una gran cantidad de jugos gástricos, estos producen una serie de malestares corporales. Por ese motivo, la Medicina Tradicional de México, afirma que comer un pan duro o un bolillo ayuda a asentar los jugos y evita los dolores.
Entonces, sí, el bolillo sí ayuda a disminuir los malestares que puede llegar a provocar el susto, pero solo sería a nivel del estómago, pues hasta el momento, no se ha encontrado que este prevenga el estrés, el miedo, la anguistia y la ansiedad que provoca este sentimiento natural del ser humano cuando se encuentra en peligro.
Los especialistas de la salud recomiendan que en lugar de comer un bolillo, pueden tomar un antiácido para hacer un mejor efecto en nuestro estómago y evitar todos los malestares naturales que nuestro cuerpo puede tener después de un susto. Ahora bien, no solo al estómago ayuda el bolillo.
Cuando una persona se enfrenta a una situación que le provoca mucho miedo, los niveles de glucosa pueden disminuir de manera drástica, por lo tanto, un bolillo puede ayudar a que se restablezcan los mismos, pues este tiene entre 90 y 160 calorías. Los nutriólogos recomiendan comerlo sin migajón.
Así que ya sabes, si alguien pasa por un gran susto, cuéntale sobre el origen de esta creencia y ofrécele un bolillo para que se tranquilice y no sufra de dolores físicos.