Opinión

Una llamada en medio del caos, China vs EE.UU.

La llamada telefónica puede interpretarse como un acto de desesperación por parte de EE. UU. frente a la crisis interna que vive.
martes, 14 de septiembre de 2021 · 16:25

Por Yu Chen Cheng

Noventa minutos aproximadamente duró la llamada entre el presidente de los Estados Unidos Joe Biden y su homólogo chino, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping.

Fue el 9 de septiembre por la noche, hora local de EE.UU. cuando ambos mandatarios sostuvieron una conversación telefónica que, de acuerdo a la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, fue cordial por ambas partes para comunicar sus puntos de vista y llegar a un posible acuerdo de paz entre las naciones en algunos temas, luego de que recientemente, la relación de las dos mayores potencias del mundo se ha agudizado más que nunca.

"Los dos líderes tuvieron una amplia conversación estratégica en la que discutieron áreas donde nuestros intereses convergen y áreas donde nuestros intereses, valores y perspectivas divergen", se indica en el resumen proporcionado por la Casa Blanca.

Bien se sabe que la guerra comercial entre China y EE.UU., que dio inicio en 2018 durante el mandato del expresidente estadounidense Donald Trump, no ha sido solamente en temas comerciales, sino que se incluyen acusaciones, la guerra aeroespacial, temas tecnológicos, logísticos, ataques cibernéticos, cambio climático y ensayos militares para mostrar su fortaleza e intimidar al resto del mundo, especialmente por parte del Ejército Popular de Liberación (EPL), quienes han sostenido ensayos en conjunto con el ejército ruso.

El 20 de septiembre se cumplirán ocho meses desde que Joe Biden asumió el poder, bajo circunstancias sumamente excepcionales, marcado por la variante Delta del COVID-19 y en medio de una crisis interna en temas económicas, sociales y políticas con un país dividido y mermado por su antecesor. Biden también tendrá que lidiar con las tensiones en la política exterior con China, Corea del Norte y Afganistán, por mencionar algunos casos.

La situación es asimétrica en este momento para ambos líderes, mientras que el mandatario estadounidense, de quien su popularidad se ha ido a la baja, teniendo al 51% de la población en contra para su reelección al momento a pesar de presumir una recuperación económica y creación de nuevos empleos históricos. Y en China, al contrario de Biden, Xi sigue fortaleciendo su posición, quien se ha dedicado a la reactivación económica con sus innovadas estrategias denominadas Circulación Dual y Prosperidad Compartida en busca resolver los problemas de pobreza y diferencia social.

"Si China y EE.UU. trabajan juntos, tanto los países como el mundo se beneficiarán; si China y EE.UU. se enfrentan, ambos países y el mundo sufrirán. La relación entre China y EE.UU. no es una cuestión de elegir si es necesario hacerlo bien, sino una pregunta obligada de cómo hacerlo bien", dijo el líder chino, quien también sentenció que la calidad de la relación bilateral dependerá de EE.UU., ya que el trato del país norteamericano hacia Beijing en asuntos internacionales no ha sido bien visto por parte del mandatario chino.

En este orden de ideas, la tensión entre ambas naciones se intensificó cuando China anunció que proporcionaría casi US$ 31 millones en alimentos, suministros para el invierno, vacunas y medicinas al país controlado por los talibanes y que mantendría su embajada allí mostrando que la decisión de Biden de dejar Afganistán es sinónimo de una derrota después de 20 años de guerra, y también están las acusaciones de EE. UU. y sus países aliados hacia China por los ataques e intentos generalizados de extorsionar en el ciberespacio, incluso a través de ataques de ransomware durante julio de 2021.

Mientras tanto, las flotas militares chinas, estadounidenses y sus aliados se mueven por el mar de China Meridional, lugar que será el punto de focalización para el mundo después de Afganistán, que vive bajo las amenazas por parte de China de recuperar a Taiwán por las buenas o por las malas.

La llamada telefónica puede interpretarse como un acto de desesperación por parte de EE.UU. frente a la crisis interna que vive y del golpe en el ego y patriótico que representa la retirada de las tropas desde Afganistán. Se espera que ambos mandatarios puedan tener otra conversación cercana durante el G-20 en Roma a finales de octubre de 2021.

A pesar de los esfuerzos de dialogar entre los mandatarios para llegar a un acuerdo, el resultado solo se verá reflejado en las acciones que se tomen en los próximos meses, en particular a lo relacionado sobre la situación de Taiwán y el mar del Sur de China. EE. UU. deberá hallar una estrategia que le sirva para cuidar y afianzar su postura y de sus aliados, pero también de velar y no deteriorar más su relación con China.

El recién declive de EE.UU. en Afganistán le servirá para que Beijing se afiance todavía más en la comunidad internacional. Mientras tanto, sigue habiendo un enérgico debate entre expertos si efectivamente será apropiado que China tome las riendas y sea el nuevo líder mundial.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @chennie_tw

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