Opinión

Mar y el Mezcal

La responsabilidad de Mar no es la de juzgar si el aguardiente es bueno o malo, sino la de garantizar que el destilado merezca el pronombre Mezcal.
viernes, 10 de septiembre de 2021 · 14:09

Mezcaleando

Mar no hizo planes. Le toca la ruta larga, va a manejar tres horas de ida y tres de vuelta durante toda la semana desde la ciudad de Oaxaca hasta las poblaciones al este de los Valles Centrales. Saldrá de casa a las 5:00 am para poder partir de la oficina a las siete. Se detendrá a desayunar por el camino para no perder tiempo. Va a visitar seis palenques cada día y regresará antes que le caiga la noche.

Los verificadores deben presentarse al menos una vez por semana en cada palenque activo para revisar la procedencia lícita del maguey y que el proceso se realice de acuerdo con las normas 070.

No es un trabajo muy bien remunerado, pero le paga la renta. Mar vive con su mamá que le ayuda con la limpieza, los quehaceres y a cuidar a su hijo pequeño. Consiguió el puesto tras terminar la carrera de agronomía de la que aún no se ha graduado, pues le falta terminar su tesis.

Mar es una buena conductora, pero no le gusta manejar sola de noche. Con suerte, podrá estar de vuelta en la oficina a las siete para entregar el vehículo del trabajo. Deberá tomar un colectivo, después un urbano y un segundo colectivo para llegar a su hogar. Si todo va como lo previsto, llegará a las nueve de la noche.

El gerente de la unidad de verificación le indicó de último momento que tenía que ir a remover los precintos de certificación de unas garrafas de vidrio en Candelaria Yegolé. Ese trabajo consiste en levantar esporádicamente los sellos de los contenedores en los cuales se madura el mezcal para que los gases que se producen naturalmente se escapen. Posteriormente deben ser colocados de nuevo por el verificador.

En antaño, este proceso se realizaba en barro; debido a la porosidad del material, los gases se liberaban solos. Ahora que el mezcal “Madurado en Vidrio” es una clase que se regula, el proceso se hace en vidrio para evitar mermas y se debe vigilar el procedimiento.

Mar es la única mujer en el equipo de veinticinco verificadores con las que cuenta el Regulador. Es muy difícil para ella como mujer, imponer la disciplina y legalidad en un mundo donde el 98% de las personas con las que trata son hombres rudos acostumbrados al trato viril. Mar no permite ningún trato especial y le entra al jale tan duro como cualquier otro de sus colegas. Ella ha desarrollado técnicas de liderazgo efectivas.

En algunas rutas los palenques se encuentran en lugares de muy difícil acceso y en zonas inhóspitas, sin señal de teléfono, ni servicios. Sus vehículos cuentan con GPS y sus coordinadores saben en todo momento donde se encuentran para resguardar su seguridad

Hace unos meses, Octavio el verificador más veterano del grupo salió muy mal herido de un accidente automovilístico durante el regreso de su jornada laboral. Un camión de carga se quedó sin frenos y le pasó por encima a tres automóviles. El tsuru de Octavio fue el primero en ser impactado. Las pruebas de sangre revelaron que el verificador había consumido alcohol y los seguros se negaron a compensar las pérdidas materiales y los gastos médicos. Octavio había sido llevado de emergencia a un hospital privado donde le salvaron el brazo de no ser amputado. Puesto que el accidente no fue su culpa, su oficina se hizo cargo de los gastos médicos, pero tuvo que ser despedido. Los verificadores tienen estrictamente prohibido beber durante el trabajo.

La responsabilidad de Mar no es la de juzgar si el aguardiente es bueno o malo, sino la de garantizar que el destilado merezca el pronombre Mezcal en vez del de simple sustantivo mezcal.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @ElixirGospeller

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