Después de la Consulta Popular ¿Qué podemos esperar?

Mucho se esperó en México para poder usar la Consulta Popular. Desde 2012 se estableció en el país, pero desde entonces, se le puso un candado para que cobre vida y sea vinculante: el que al menos participe el cuarenta por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores.

El pasado domingo esto no sucedió, vimos más gente formada para la barbacoa o la birria que participando en las casillas y quien presumía en redes su voto, triste y solitario se veía el paisaje de fondo. Como era de esperarse, el INE anunció en su conteo rápido apenas el siete por ciento de la participación ciudadana, por lo que, quedó muy lejos de ser esta consulta obligatoria.

Hay quien justifica estos tristes resultados, porque fue la primer consulta del país y es una obligación de la ciudadanía participar en ella para fortalecer la democracia, es correcto es una obligación, pero éticamente es cuestionable gastarnos más de 500 millones de pesos para preguntar, palabras más palabras menos, si las autoridades deben de cumplir la ley. En especial con tantos recortes, desabasto y la evidente necesidad de fortalecer a nuestras instituciones de seguridad.

¿Qué podemos esperar? ¿Que las autoridades entonces no cumplan con su obligación de investigar los delitos, ya que, palabras más palabras menos, ese es el sentido de la pregunta y entonces su resultado no es vinculante? Evidentemente, no. Con o sin consulta las autoridades deben de cumplir con sus obligaciones.

Ante este resultado no vinculante, probablemente, seguiremos viendo consultas a mano alzada de criticado valor, como sucedió en el pasado y sirvieron para legitimar cuestionables decisiones. También podemos esperar que se pretenda reformar este mecanismo para hacerlo más a modo y más fácil de utilizar. En honor a la verdad, también podemos decir que el porcentaje del 40% de participación, se estableció de forma un poco arbitraria, simplemente por copiar mecanismos de otros países, lo que en la práctica lo hace inalcanzable.

Ante esto, debemos pensar si tal vez sería más útil el que, para que sea vinculante, simplemente se tome en cuenta la mayoría de la gente que vota, que un porcentaje mínimo de personas inscritas en la lista de electores. También vale la pensar, si es adecuado o no que se junte con las elecciones intermedias para evitar un gasto tan alto en donde hay austeridad institucional. Pero lo más importante, es pensar en el mecanismo  para que no se pregunten obviedades como si deben o no cumplir las autoridades con su obligación y que realmente se establezcan preguntas de transcendencia nacional.

Aún nos falta mucho camino y hay otra institución que no hemos usado, “la revocación de mandato”, es importante aprender de los errores para ser mejores y poder usar estas instituciones en verdaderos asuntos de relevancia nacional.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @jfdvsmx

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