Opinión

Efrén, vencer 30 kilos para empezar a correr

Efrén que asegura que su “sueño siempre fue correr” y se lo cumplió, para lo que antes tuvo que bajar de peso más de 30 kilos.
domingo, 4 de julio de 2021 · 18:09

Pisando Fuerte
El corredor recreativo y su mundo

Sé de mucha gente que decide correr para bajar de peso y también sé que, si caso, lo logra una cuarte parte de ellos, pero solo sé del caso de Efrén que asegura que su “sueño siempre fue correr” y se lo cumplió, para lo que antes tuvo que bajar de peso más de 30 kilos.

Efrén no se considera un corredor de la pandemia, aunque buena parte del impulso para lograr su sueño lo desarrolló en la crisis sanitaria y correr fue su antídoto contra el encierro. “Siempre había querido correr, pero con una obesidad grado dos no iba a poder y me iba a lastimar, y si bien muchas personas me recomendaban que empezara por caminar yo no quería porque me daba mucho coraje no poder correr, así que si quería correr no tenía opción, me sobraban kilos y bajé más de 30”.

Además, dentro de las razones para decidir ser su propio escultor también estaba una señal de problemas de salud, sobre todo porque está cerca de cumplir 53 años de edad y es justo la edad en la que su padre sufrió dos derrames cerebrales, “lo que lo llevó a estar postrado por 20 años en condiciones lamentables”; este par de razones, un sueño y la salud, han dado vida a un corredor paciente que paso a paso y metro a metro entrena desde las calles de Puebla junto con un grupo de corredores comandados por Yazmín, su pareja, la que los entrena para el medio maratón de la Ciudad de México.

Efrén no arranca de cero en el ejercicio, nos cuenta que hace tiempo “compré una bici que tenía de perchero, un día le quité la ropa y me puse a pedalear, ese fue mi inicio con el ejercicio. Así, ir sumando kilómetros y ver avances en mi cuerpo junto a una sana alimentación bien llevada y una dieta cumplida estrictamente, un día me armé de valor y decidí ya con 30 kilos menos salir a correr, la bici me había dado la certeza de estar en equilibrio y de ir adelante”.

Cuando uno corre descubre los olores de la ciudad, desde las torterías hasta la florería y esto es totalmente diferente a caminar ya no digo ir en auto, cuando corres saludas a la gente y la gente te saluda (casi toda), por ello creo que correr es una experiencia social y en mi caso me pone en contacto con la comunidad y además me da una enorme sensación de libertad porque son mis piernas las que me llevan adónde yo quiera”, sintetiza Efrén lo que es parte de ese sueño al momento de correr.

Correr ya atrapó a Efrén, a ese Efrén de 75 kilos y encerró al que pesa más de 110 kilos, ya sabe lo que todos los corredores sabemos: puede empezar un entreno de malas y enojado contra todo y todos, y terminar feliz y reconciliado con la gente, pero sobre todo con él mismo.

Ya sabe disfrutar las anécdotas que da correr, como aquella en la que una llovizna lo sorprendió a él y a su grupo trotando sobre la arcilla del Parque Ecológico de la Angelópolis, desde luego que no dejaron de correr, pero una familia que paseaba sí buscó la protección de un cobertizo, desde ahí, a salvo de la lluvia, miraron a este grupo de corredores con extrañeza y en la segunda vuelta que los toparon, la familia les regaló un aplauso, lo que sabemos es agua pura que hidrata el ego de cualquier corredor y Efrén ya es un corredor.

Ahora, más ligero y corriendo hay una medalla que nadie más que su salud le ha colgado al cuello “soy hipertenso y por esa causa tomaba cuatro pastillas al día, ahora tomo solo dos y en breve nada más será una. Si me quieren decir deportista de pandemia me tiene sin cuidado porque lo importante es seguir sintiéndome vivo porque salgo a correr y correr es ir de frente, hacia adelante; corre es una fortuna y al menos yo he aprendido que esta felicidad está ligada a mi bienestar y no al dinero”.

Para Efrén “correr es mirar, porque ser libre es tener tiempo de mirar y para mí la mezcla de buena salud y buen peso es ir pateando riesgos de la salud, ser libre de las harinas y del azúcar y en especial quitarme ese grillete del tobillo que te da una salud precaria y que no es otra cosa que una esclavitud”.

Hace algunos años, desde las vallas metálicas que colocan al cierre de las carreras, Efrén miró pasar los corredores y ese día se prometió que un día estaría del otro lado, ya lo logró sabe lo que es terminar una carrera en el estadio de Ciudad Universitaria de la UNAM, y ahora con una pareja que corre y en cerrar los entrenamientos con un sprint al mismo tiempo e incluso más rápido que quien tiene la mitad de su edad “es una sensación que ya no pienso dejar”.

Efrén perdió kilos y ganó kilómetros; para mí, su historia es un dictado del que hay que tomar nota con punto y coma y nunca perder el acento, y saber que correr es una actividad lúdica de la que Efrén nos da una lección más al decir: “nunca seré el corredor más rápido, pero ya no veo a los corredores desde las vallas”.

Para ver. Efrén nos recomienda:

“La prueba del valor”. Se trata de una película que se ve muy prometedora, con un gran elenco, narra la historia de cuatro corredores de diferentes nacionalidades que se preparan para correr el maratón de los Juegos Olímpicos de Roma, las nacionalidades son un estadounidense, un británico, un checo y un australiano, Efrén nos la recomienda como una manera de acercarse a la intimidad de los sentimientos del corredor, que antes que nada es un ser humano.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @gdlpedro

 

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