Opinión

El petróleo ha muerto. Larga vida al litio

México se acaba de insertar en medio de esa creciente competencia geopolítica, ya que recientemente se descubrió el yacimiento de litio más grande del mundo en Sonora.
lunes, 24 de mayo de 2021 · 19:17

Durante los últimos meses se ha asomado un tema de manera recurrente que sin embargo ha llamado poco la atención: el litio, también conocido como el “petróleo blanco”. En diciembre de 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) declaró que los nuevos yacimientos de litio encontrados en México serían explotados únicamente por la iniciativa privada; en octubre de 2020 el presidente confesó que su gobierno analizaba si otorgaba concesiones debido a que el material resultaba estratégico para el país; y en marzo de 2021 manifestó que se estudiaba la posibilidad de que el Estado mexicano participase activamente en su explotación. Muy a diferencia de otras declaraciones del presidente, estas guardan mucho sentido, ya que el litio está destinado a convertirse en el petróleo del siglo veintiuno.

La importancia del petróleo blanco ha crecido estratosféricamente ante el declive del petróleo crudo. Su trascendencia radica en que es un componente esencial para las baterías, las cuales guardan la electricidad producida por las energías renovables, destinadas a convertirse en la principal fuente de energía del siglo veintiuno. Pero el litio también resulta esencial para las baterías de celulares, misiles de uso militar, reactores nucleares y todo tipo de aparatos electrónicos. Y por ello, se espera que la demanda del mineral crezca diez veces solamente durante esta década y, por ello y de acuerdo a Bloomberg, solamente durante los primeros tres meses de 2021 las empresas dedicadas a la extracción del mineral han recaudado 3.4 mil millones de dólares en Wall Street – siete veces más que lo recaudado de 2018 a 2020.

Sin embargo, el ascenso del litio presenta dos grandes desafíos. El primero es medioambiental, ya que extraerlo implica el ingenio de grandes minas, nunca benignas para el medio ambiente. El segundo es geopolítico, ya que como menciona The New York Times en un reciente reportaje sobre el tema: “Haciéndose eco de competencias y guerras pasadas por el oro y el petróleo, los gobiernos luchan por la supremacía sobre los minerales que podrían ayudar a los países a lograr el dominio económico y tecnológico en las próximas décadas.”

México se acaba de insertar en medio de esa creciente competencia geopolítica, ya que recientemente se descubrió el yacimiento de litio más grande del mundo en… Bacadéhuachi, Sonora, México.

Nuestro nuevo Cantarell se encuentra en manos exclusivas de extranjeros: británicos y chinos. Por esa razón es que AMLO anunció la posibilidad de intervenir en la mina e industria en general, asimismo declarando que su gobierno se encontraba en pláticas con Bolivia, país con algunas de las reservas más grandes del mundo. Sin embargo, la historia reciente de Bolivia resulta una advertencia: primero nacionalizó la industria con Evo Morales, después se vieron impedidos a extraer el mineral ante la falta de tecnología, y ahora el país andino se encuentra asociándose con empresas alemanas. Bolivia pasó de la completa apertura, a la completa nacionalización, a un correcto termino medio: intervención estatal, con inversión privada.

¿Qué ruta seguirá México?

Las implicaciones que tendrá el litio en el mundo serán vastas. Si resulta imposible  de comprender la historia del siglo veinte sin el petróleo, resultará igualmente imposible  de comprender la historia del siglo veintiuno sin el litio. Alrededor de esta materia prima girarán consideraciones medioambientales, tecnológicas y geopolíticas, un cambio tectónico cuyas consecuencias, próximamente, comenzaremos a ver. El desafío para México consiste en no repetir los errores del pasado: monopolio estatal, uso clientelar de las rentas, dispendio patrimonial en perjucio de futuras generaciones.

Porque esa es la mentalidad del presidente que hoy gobierna el país desde Palacio Nacional.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @FernandoNGE

 

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