Opinión

2021 Gobernanza Hídrica y Agendas Metropolitanas

Urge un diseño de una metodología de trabajo metropolitana o multimunicipal para crear, implementar, evaluar y mejorar las políticas del agua.
martes, 6 de abril de 2021 · 16:28

En México existen setenta y cuatro zonas metropolitanas; de ellas, en al menos una tercera parte se trabaja en el diseño de agendas públicas tendientes a una mejor coordinación para el fortalecimiento de la gobernanza y la calidad de vida, situación que agradecemos los habitantes de estas selvas de asfalto.

Una de estas agendas (que además resulta prioritaria) es la relativa al tema del agua, pues a propósito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la Organización de las Naciones Unidas para el año 2030 (ODS 6, “Agua limpia y saneamiento”), los gobiernos locales están convocados a generar políticas integradoras centradas en las necesidades básicas del ciudadano y su derecho al agua, como una condición esencial para la vida, en el eje de la seguridad ontológica.

Sin embargo, la confección de agendas hídricas enfrenta un problema: su diseño no tienen una visión holística, y sus aproximaciones dejan en evidencia la falta de coherencia y capacidad en los trabajos gubernamentales; la razón de esto es que cada municipio juega una lógica feudal con enfoques parcelarios que, pese a que puedan tener los mismos obstáculos en la gestión operativa, de regulación y coordinación, luchan por descubrir el “hilo negro” cada tres o seis años.

Aunado a lo anterior, hay otras dificultades a sortear; se aspira a planear y ordenar un territorio desde la comodidad de un gabinete o una comisión legislativa (que en principio no está mal), pero el abordaje metropolitano exige una óptica multimunicipal, de intervención en campo, del conocimiento en primera persona de la realidad de las colonias y no de una suerte de acuerdos o franquicias partidistas. Además, resulta obligatoria una inyección presupuestal directa que asegure -en parte- una serie de mecanismos óptimos para una buena gobernanza.

No se trata de ver el vaso medio vacío (aunque con la escasez de agua difícilmente se puede ver de otra manera), pero es necesario señalar que existen dependencias administradoras del vital líquido, que hasta ahora “duermen el sueño de los justos”: 13 organismos de Cuenca, 36 comisiones de cuenca, 50 comités de cuenta, 88 comités técnicos de aguas subterráneas, 41 comités de playas limpias, 31 direcciones de la CONAGUA y 51 Organismos Operadores del Agua intermunicipales. En suma, 310 institutos cuyos indicadores de desempeño no concuerdan con los servicios que dicen prestar, y que en consecuencia, sus medianos resultados dejan pendientes de atención las asignaturas prioritarias sobre la gestión e infraestructura del agua.

Finalmente, la gestión del desarrollo urbano debe hacer énfasis en los asentamientos policéntricos para no atentar contra los recursos naturales, en especial el uso irracional del agua.

Una línea de acción –no panacea– para atender esta problemática, pudiese ser el diseño de una metodología de trabajo metropolitana o multimunicipal para crear, implementar, evaluar y mejorar las políticas del agua, basada en los ejes del Programa Nacional Hídrico 2020-2024 y sus objetivos. La tarea en sí, no resulta imposible, la tarea titánica es llevarla a cabo en nuestra ya famosa “República de la simulación”.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @magdielgmg

 

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