Opinión

La expresión individual

¿No es esta una analogía preciosa para vivir cada día de nuestra vida y disfrutarlo como si fuera una botella de vino única e irrepetible que cuenta una historia especial?
jueves, 15 de abril de 2021 · 16:48

José Ortega y Gasset decía: “yo soy yo y mi circunstancia”. Y creo que no se equivocó en lo absoluto. Cada uno de nosotros estamos marcados, influenciados, dirigidos por nuestras circunstancias. Muchas veces no nos damos cuenta de ello pero es cierto. Pues bien, así como cada uno de nosotros somos únicos (por quienes somos y por nuestras circunstancias) también los vinos tienen una expresión propia que corresponde a sus circunstancias en específico.

En ese sentido platicaba con un amigo que me decía que no le gustaba el vino hecho con uvas “Cabernet Sauvignon” (no recuerdo las razones específicas que me dio en ese momento); sin embargo me quedé pensando a cuál de todas las expresiones que este varietal tiene se estaría refiriendo. Y lo digo porque no es lo mismo un Cabernet Sauvignon de Francia, en Burdeos, que uno del Valle de Napa en California, Estados Unidos. Aunque son la misma uva que, a través del proceso de vinificación se convierte en vino, cada botella tendrá una expresión particular que dependerá del clima de cada región, del tipo de suelo, de las decisiones que el productor de vino haya tomado al momento de procesarlo, del añejamiento que cada uno tenga, etc.

Las posibilidades son muchísimas. Mientras quizá el vino de Napa tenga aromas y sabores mucho más pronunciados (y en dicho caso mucho más afrutados), el vino francés puede ser que sea un poco menos intenso y con aromas menos afrutados. El clima cálido de Napa determinará, por ejemplo, que el vino tenga estos tonos derivados del proceso de maduración de las uvas en su terreno.

En Francia, el clima marítimo de la zona sur de Burdeos hará que el sol que reciben las viñas y las uvas sea menos intenso que en California, por ende el vino será un poco más restringido en su nivel de alcohol y en los aromas que detectaremos en él.

Podríamos seguir describiendo las diferentes características de los vinos dependiendo de su origen. Esta expresión individual de cada vino es lo que los franceses han determinado como terroir, que imprime su sello único en cada botella. Como dije antes, no es solamente el tipo de suelo, sino el clima, las decisiones del productor, etc. Esta es la manera en que cada botella de vino, a pesar de contener el mismo varietal de uva, tendrá un tema característico y único. Por esta razón me quedé pensando en que cuando mi amigo me dijo que no le gustaba el vino hecho con Cabernet Sauvignon, la pregunta obligada debió ser: ¿cuál exactamente?

El terroir son en realidad aquellas circunstancias que producen un vino único. También es sabido que dos botellas idénticas (misma añada, misma región, misma uva, mismo productor) pueden ser completamente diferentes. El proceso de micro-oxigenación que se produce con el uso del corcho, por decir algo, dará origen a dos botellas con identidad propia (como dos gemelos con personalidades distintas). Por ello es por lo que el vino y todo lo que existe atrás de cada botella, cuenta una historia única. Cada botella de vino, podríamos decir, es una con sus circunstancias: si aprendemos a distinguirlas, entonces habremos de embarcar en un viaje apasionante e irrepetible que se abre a nuevas posibilidades con cada vino que bebemos. ¿No es esta una analogía preciosa para vivir cada día de nuestra vida y disfrutarlo como si fuera una botella de vino única e irrepetible que cuenta una historia especial?

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @fedeling

 

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