Opinión

La calidad está en los detalles

Si queremos obtener algo que tenga una alta calidad tendremos que ser conscientes de la suma de los ingredientes, los sistemas y los procesos determinarán aquello que conseguimos.
jueves, 25 de marzo de 2021 · 18:25

Durante la semana que transcurre, en una de las clases que estoy tomando para completar otra certificación en el tema de los vinos tocó el turno al vino espumoso. Los hay de muchos tipos: blanco, rosado, de añada, con el método tradicional o de tanque, del “viejo mundo” o del “nuevo mundo”, etc. Sin embargo, para ser precisos, en esta clase hablamos de la champaña (todo aquel vino espumoso que proviene de la región de “Champagne” en Francia – cerca de la ciudad de Reims).

Para mayores señas, la champaña se produce principalmente con tres tipos de uvas: Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier (estas últimas dos son uvas tintas, pero como lo explicamos antes, el jugo de la uva no tiene color y por ende es posible producir vino blanco con uvas tintas). Pues bien, cuando la champaña se produce únicamente con uvas blancas (Chardonnay) se conoce como “blanc de blancs”; si es con uvas tintas solamente se conoce como “blanc de noirs”; si se utilizan solamente uvas de un año específico (añada), entonces se indica en la botella, a diferencia de aquella champaña que puede utilizar uvas de distintos años y tipos.

Generalmente las champañas que tienen indicada una añada específica (vintage, en inglés), suelen tener mayor calidad que aquellas que utilizan uvas y vinos de diferentes años o procedencias. Dicho eso y al comparar ambas muestras de champaña durante la clase, era evidente que la calidad de aquella con añada específica tenía una calidad superior a la que no la tenía. ¿En qué cosas se distingue dicha superioridad? Pues en la intensidad de los aromas, de los sabores, en la complejidad y la estructura del vino, en el sabor que permanece en la boca después de consumirlo, etc.

En ese sentido me quedé pensando en cómo la suma de los detalles en el cultivo, la selección y la producción de champaña (o de cualquier vino, para tal caso) tienen un efecto directo sobre el producto final que consumimos (y en el precio). Por ejemplo en una champaña con una añada determinada, las uvas se escogen con mayor detenimiento y todas vienen del mismo lugar, puesto que han tenido cuidados específicos en su cultivo; posteriormente el añejamiento es mayor y se le permite a dichas botellas que alcancen todo su potencial para que los vinos tengan estructura y complejidad.

Por todo lo anterior es posible hacer una analogía con la vida real y con nuestra cotidianidad en el sentido que el resultado final de las cosas que hacemos está directamente relacionado con el cuidado y la atención que ponemos a los detalles y al proceso. Si queremos obtener algo que tenga una alta calidad, entonces tendremos que ser conscientes, desde el inicio, que la suma de los ingredientes, los sistemas y los procesos determinarán aquello que conseguimos. Por eso tenemos que empezar a poner más atención en las cosas sencillas, en todo aquello que de forma automática o mecánica damos por hecho, dado que ello determinará la calidad de eso que buscamos. Esto es aplicable a nuestro trabajo, a nuestras relaciones, a nuestra salud: cuidar todos y cada uno de los ingredientes que utilizamos, aquello que hacemos, las cosas que ofrecemos, etc. porque invariablemente esto determinará la persona en la que nos convertiremos. Es una lección sencilla pero con mucha profundidad.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @fedeling

 

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