Opinión

La industria cannábica, más allá del bien y el mal

México cuenta con las condiciones necesarias para producir de manera controlada la marihuana y permitir su cultivo y distribución comercial, esto podría ser un gran impulso para la economía nacional.
martes, 2 de marzo de 2021 · 15:23

El cáñamo y la marihuana provienen de la familia Cannabis Sativa, sin embargo sus diferencias devienen no solo de su morfología, también de su uso. Mientras que la marihuana ha sido usada por su efecto medicinal y recreativo, el cáñamo ha sido cultivado para la obtención de materias primas, además de resultar una alternativa sostenible para la ecología del planeta, y una nueva opción nutricional.

El cáñamo se cultiva con fines de extracción de aceite y celulosas, sus semillas poseen un alto valor nutritivo y es el elemento base en la producción industrial, ya que puede ser procesado en innumerables productos como biodiesel, jabón, cosméticos, pinturas y plástico biodegradable, además la fibra natural de los tallos, puede ser la base de productos textiles, ropa, lienzos, cuerda y materiales de construcción reciclables.         

Es importante señalar que para que el cáñamo sea considerado puro, debe contener menos del 0.3% de tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto activo en la marihuana que causa el efecto psicoactivo.

Sin embargo, la confusión que involucra al cáñamo y la marihuana dentro del mismo contexto de droga es altamente dañina para el progreso de la sociedad. El cáñamo de manera imposible será cultivado para usos recreativos por su baja concentración de THC, por lo que es innecesario que se regule de la misma manera que la marihuana. Además, tras los fallidos intentos por contener la producción y el tráfico de droga; los argumentos que apoyan la legalización del consumo de la marihuana, lo han analizado como un medio  para desmantelar las redes de tráfico y apostar por una cultura en que los consumidores en nuestro país la puedan adquirir sin la mediación del narcotráfico, sin el sacrificio de gente pobre dedicada al cultivo, sin  la violencia  que caracteriza a uno los principales negocios para los cárteles y sin  las ganancias que genera a estas organizaciones criminales.

México cuenta con las condiciones necesarias para producir de manera controlada la marihuana y  el permitir su cultivo y distribución comercial, de una manera regulada, lo que podría ser el punto clave para el impulso de una actividad económica para nuestro país

El inicio del proceso de reforma respecto del cultivo y comercialización de la marihuana es un avance en la lucha pro cannabis para asegurar el respeto a los derechos de los usuarios y el inicio de un intento por dar embate al narcotráfico, dentro de la guerra que ha sumido a nuestro país en un estado de violencia  sin precedentes en los últimos años.

En tiempo de crisis, ante el panorama económico que se prevé, el cáñamo debe ser diferenciado y promovido como un producto que puede ser cultivado y fabricado lejos del estigma de su prima hermana. Si bien es excesiva la “etiqueta” con la que ha cargado por largo tiempo la marihuana, el obstáculo que impide el cultivo libre del cáñamo para producción resulta injusto.

El error histórico de emparentar al cáñamo con la marihuana y juzgarlos desde una misma perspectiva, ha entorpecido el desarrollo industrial de la planta, a la misma vez que ha obstaculizado la debida regulación a la luz de lo innecesario, es hora de delimitar correctamente las particularidades de esta hierba, es hora de romper con moldes ya establecidos, es hora de conocer y reconocer las verdaderas intenciones del activismo cannábico, la idea original del uso psicotrópico que llevo al prohibicionismo ha sido rebasada, es hora de considerar en rubro aparte al cáñamo, ¡es el momento de una justa y adecuada regulación!

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @PaolaRodc31

 

 

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