Opinión

Aprender del mundo a través del vino

Conocer de la cultura del vino, su historia, producción y características nos da una buena idea del mundo que hay detrás.
jueves, 18 de marzo de 2021 · 14:29

Cada vez que pienso en las razones por las que decidí estudiar sobre el vino, obtener una certificación y adentrarme en este fascinante mundo de manera profesional y sistemática, vienen a mi mente varias cosas y circunstancias que me fueron llevando por este camino; fueron varias las motivaciones, pero hoy quiero hablar de una de las principales: conocer el mundo. Hace varias semanas mencionaba que el vino representa la alegría de vivir, de celebrar, de festejar aquello que tenemos, de conmemorar y sabernos felices por el hecho de estar vivos. Pero además, el vino (y todo lo que hay atrás de él) es también una manera muy efectiva de conocer el mundo, las culturas, los países, las personas, etc.   

Para mucha gente, la vitivinicultura es un estilo de vida; la enología es una pasión y una forma de vivir traducida en acciones que dan identidad propia y única. Cada país, cada región tiene diferente forma de cultivar las uvas, de producir vino, de comercializarlo. Tienen fines distintos, aromas y particularidades propias y al final de cuentas, cada botella narra una historia. Todo lo que hay detrás de ella nos habla y nos comunica algo concreto y, si miramos bien, podemos conocer el mundo a través del vino.

El vino, entonces, nos da identidad 

Vienen a mi mente rituales específicos que, en cada región, se desarrollan cada año y son propios de ese lugar. Por ejemplo, en “Beaujolais” en Francia (en la zona de Borgoña), se produce un vino joven llamado “Beaujolais Noveau” que no es otra cosa que un vino joven, que no se añeja y que se comercializa unas semanas después de haber sido embotellado. Este vino, producido con uvas llamadas Gamay, tendrá sabores y aromas afrutados, en muchos casos similares a los del plátano. Cada año, este vino se libera al consumo de la gente el tercer jueves de noviembre, y tradicionalmente, la comunidad se reúne y lo bebe y festeja por ello. Cuando me imagino este evento en Francia (no he tenido la suerte de visitar la región aún), pienso en las familias celebrando unidas y bebiendo juntas. Para muchas de ellas, la producción de vino será no solamente un medio de subsistencia, sino como dije antes, un estilo de vida.

Otro ejemplo de lo anterior sería el vino fortificado conocido como Oporto (del que hablé hace unos días). La producción de esta bebida se da en diversas etapas: primero se tiene que producir un vino base que, posteriormente, será fortificado. En este proceso es importante que la fermentación tenga lugar de forma rápida e intensa, para que la extracción del color y los taninos del vino de base sea apropiada y ello se consigue, por lo general, a través de pisar las uvas. Para ello, grupos de personas se organizan y de forma casi militar, marchan sobre las tanques para llevar a cabo este proceso. Una vez terminado esto, aquello se transforma en una fiesta donde todos conviven (beben vino por supuesto) y celebran. También para ellos la producción del Oporto es una forma de vivir, a través de la cual encuentran sustento.

Con estos breves ejemplos podemos observar que, conocer de la cultura del vino, su historia, producción, características, etc. nos da una buena idea del mundo que hay detrás. Si miramos entonces bien, descubriremos que el vino es la puerta de entrada a otro mundo igualmente fascinante: el nuestro como humanidad.  

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @fedeling

 

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