Opinión

Cuando ser Carmen no mola

Bajo el nombre de Mola se escribió una trilogía de historias policiacas que versan sobre la violencia hacia las mujeres.
martes, 19 de octubre de 2021 · 17:15

Hace unos días se entregó el Premio Planeta a la literatura, en el que se repartió un millón de euros, el premio más grande hasta el momento y es entregado de manos de los Reyes de España. Sin embargo, la premiación nos trajo una sorpresa, la escritora ganadora fue Carmen Mola y que cuando subió al escenario no era más que tres hombres, guionistas que decidieron organizarse y escribir juntos.

Desde sus inicios se sabía que Carmen Mola era un pseudónimo y sus thrillers alimentaban una atmósfera de misterio y se esperaba que ese misterio fuera porque la autora era una mujer relacionada con la temática de su escritura. Sin embargo, este misterio creció cuando se construyó una identidad ficticia de que era maestra, aficionada a la literatura y hasta respondía entrevistas.

Bajo el nombre de Mola se escribió una trilogía de historias policiacas que versan sobre la violencia hacia las mujeres. Temática y género que no debe sorprendernos, Stieg Larsson escribió la saga Millenium con la épica Lisbeth Salander y no necesitó esconderse tras un pseudónimo femenino. Así que no, los escritores no estaban en desventaja, de hecho, el género es más abierto a plumas masculinas que femeninas.

La industria cultural, como toda producción a gran escala, está influenciada por las estructuras y roles de género. Hay obviedades dentro de esto, como por ejemplo, que de 118 premios Nobel de literatura 16 hayan sido mujeres, esto es que 1 de cada 10 premios han sido para una escritora.

Del mismo modo, quienes más consumen literatura somos las mujeres, con base en datos del INEGI (MOLEC, 2020) en México 43.8% de mujeres lee libros, mientras que los varones lo hacen en un 38.1%, proporción parecida en las revistas y tendencia que se mantiene en el resto del mundo. Esto no es más que las mujeres somos consumidoras de literatura y a eso apostó el colectivo de Carmen Mola.

El hecho de que tres hombres hayan decidido construir una identidad para escribir abre la conversación en algo muy importante, las escritoras mujeres están incrementando su popularidad porque costó mucho trabajo que fueran reconocidas por su trabajo. Que ahora existan autores que pretenden esconderse detrás de los logros del movimiento feminista es reforzar los mecanismos y jerarquías de desigualdad.

Las mujeres escritoras tuvieron que cambiar sus nombres a géneros neutros o nombres varoniles para poder ser publicadas, esconder su identidad y género fue fundamental para que muchas fueran publicadas y famosas, algunas de ellas fueron: Harper Lee, George Sand, Jane Austen, A. M. Barnard, Mary Shelley entre muchas más.

A la fecha las segregaciones de género continúan vigentes, de ahí que, por ejemplo, para solicitar un trabajo se omita el nombre o la foto, que no se pregunte el estado civil, que se prohíban las pruebas de embarazo o las preguntas sobre el futuro. Las mujeres dividimos nuestras vidas entre nuestra actividad profesional y el quehacer doméstico, esta dualidad hace que las circunstancias en la que se produce la literatura sea igual de asimétrica que en otras áreas.

Algunas voces consideran que no deberíamos recalcar nuestras desigualdades, ya que es una forma de menosprecio a nuestros logros sociales, pero es al revés, resaltar las nuevas formas que toma el machismo para seguir incrustado en nuestra sociedad es una manera de mantener la restitución del espacio que con mucha lucha nos hemos ganado las mujeres.

Si no me cree, revise su librero y vea la proporción entre hombres y mujeres.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @P_Mancebo

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