Opinión

2020: El Cisne Negro

La pandemia no es un cisne negro, es más bien el resultado de la falta de visión estratégica y de grandes fallos de inteligencia estratégica.
miércoles, 6 de enero de 2021 · 15:06

Twitter: @GNava1980

2020 fue un año disruptivo. Un claro ejemplo de los conceptos clave del análisis de riesgos del siglo XXI: volatilidad, inestabilidad, complejidad y ambigüedad.

2020 puso a prueba todas las capacidades de los Estados para garantizar la seguridad, particularmente en salud, económica y social. Y la mayoría fallaron.

2020 nos dejó algo muy claro, antes de la pandemia los seres humanos dejamos de preocuparlos por el largo plazo y nos metimos de lleno en la inmediatez, en el aquí y el ahora. Por si fuera poco, nos metimos tranquilamente en nuestra zona de confort.

La pandemia provocada por el virus SARS COV 2 tomó por sorpresa a todos, ciudadanos y gobiernos. Nos arrojó a una realidad a la que nadie estaba preparado. Algunos analistas justificaron todo esto señalando que la pandemia fue un “cisne negro”.

Un cisne negro de acuerdo a la teoría de Nassim Nicholas Taleb es un evento imprevisto, de extremada baja probabilidad pero que de ocurrir tiene un gran impacto todos los  campos de la seguridad (social, económico, político, tecnológico, seguridad pública, salud,…)

La pandemia no es un cisne negro, es más bien el resultado de la falta de visión estratégica y de grandes fallos de inteligencia estratégica.

El Foro Económico Mundial es una de las principales entidades no gubernamentales que realizan análisis estratégicos, sus resultados son de acceso público.  Desde 1971 el Foro de Davos se reúne para discutir sobre las tendencias que afectan los ámbitos económico, social, ambiental, geopolítico y tecnológico de forma global.  Cada año el Foro Económico mundial publica el Informe de Riesgo Global, que es producto de un profundo análisis prospectivos, cualitativo y cuantitativo. En uno de sus reportes menciona:

“El riesgo de una pandemia de influenza particularmente una causada por contagios de humano a humano del H5N1 u OTRO VIRUS, es ahora un tema dominante en las conversaciones sobre riesgos a nivel global” continua: “Mientras que el contagio de una pandemia puede ser modelado, no sabemos cuándo, donde o si inclusive el virus H5N1 mutará potenciando el contagio entre personas. Los seres humanos tienen poca o ninguna inmunidad al H5N1 y no existe una vacuna que actualmente los proteja. Los insumos antivirales son insuficientes para el manejo de una pandemia…”

El informe sigue señalando que “si la infección de persona a persona se vuelve algo común, las vulnerabilidades de los sistemas globales interconectados intensificarían el impacto humano y económico”

Suena a 2020, es una descripción precisa de 2020… excepto que es el Informe Global de riesgos 2006. Hace 14 años una pandemia muy similar a la que hoy azota al mundo fue definida y analizada como un riesgo global de altísimo impacto y graves consecuencias.

Al informe 2006 han seguido 13 informes anuales. En los 13 informes se ha señalado el riesgo de que bacterias, virus, parásitos y hongos provoquen contagios sin control de enfermedades infecciosas que conlleven a muertes generalizadas y disrupción económica.

Con lo anterior queda claro que la pandemia de COVID 19 si era previsible, si se conocían los riesgos y amenazas que implicaba su mala gestión… sin embargo el mundo de todas formas no estuvo preparado.

El reto en materia de Seguridad para el mundo es hoy más que nunca la visión de futuro. Hay que comprender que para tenerla es fundamental la Inteligencia Estratégica, el análisis de riesgos y amenazas. Los métodos prospectivos, tanto cualitativos como cuantitativos para el análisis de inteligencia, hoy mas que nunca, deben ser flexibles y con capacidad de adaptación a escenarios que cada vez son más complejos e inestables.

En 2020 estar preparado nunca implicó tener 120 millones de camas con ventiladores; estar preparados significa saber gestionar crisis, tener protocolos puntuales de acción y seguir una coordinación interinstitucional en la que participen los gobiernos y la sociedad civil, tanto en la creación de los protocolos como en la implementación de estos. En el campo social es fundamental la claridad en la comunicación gubernamental e indicaciones a la población, evitando a toda costa mensajes contradictorios o confusos. En el campo económico, aplicar los principios de una economía de guerra, con reconversión de la industria publica y privada guiada por el propio gobierno que contribuya a la gestión y resolución de la crisis y a mantener una economía resiliente.

Los Estados que no aprovechen la lección dada por el 2020 se verán en una abismal desventaja respecto de aquellos que, si lo hagan, y desafortunadamente los que se queden atrás difícilmente recuperarán el terreno perdido, incrementando problemáticas como la desigualdad económica.

2020 fue una contundente llamada de atención, no solo para los gobiernos sino para las sociedades.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc.

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