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El emblemático escritor de Harlem, James Baldwin, vinculado al activismo social en Estados Unidos, es el favorito de Kamala Harris. “No puede cambiarse todo aquello a lo te enfrentas, pero nada puede ser cambiado hasta que te enfrentas a ello”, es la frase predilecta de la nueva vicepresidenta de Estados Unidos. Con esta convicción la carismática abogada ha llegado este miércoles a la cima de la política estadounidense convirtiéndose en la primera mujer en jurar el cargo en casi 250 años de república.

Es la primera asiática de color en llegar a la Casa Blanca. Hija de migrantes -de madre india y padre jamaiquino que se conocieron en la prestigiada Universidad de Berkeley- vivió sus primeros años en San Francisco en donde “aprendió a ser una mujer negra en Estados Unidos y ver las posibilidad que tenía”, como lo ha dicho. A sus 12 años se mudó a Montreal en donde su madre encontró una mejor oportunidad laboral. Estuvo en Canadá 5 años donde aprendió a hablar el francés y regresó a la ciudad que la vio crecer para estudiar Derecho “con el afán de corregir injusticias”. Se postuló para ser fiscal del distrito en donde aprendió a ser menos idealista y más pragmática. “El desafío está en el presente, no en el pasado ni en el futuro. El momento siempre es ahora” son las palabras de Baldwin que seguramente la inspiraron.

En la ciudad del “Golden Gate”, cuna política de míticas figuras demócratas como Nancy Pelosi, Dianne Feinstein  y Barbara Boxer, ganó un enorme prestigio como una fiscal comprometida y trabajadora. Su siguiente escalón fue la Fiscalía General de California, cargo que tradicionalmente habría sido reservado para un republicano blanco. Kamala Harris rompió con el estereotipo y durante su gestión destacó por un logro asombroso: un acuerdo entre los cinco mayores bancos hipotecarios y deudores que ascendía a los 20 mil millones de dólares para evitar los interminables desahucios. También defendió a ultranza el matrimonio gay en su estado cuando el Tribunal Supremo consideró que violaba la Constitución (hasta ofició una boda homosexual en el Ayuntamiento de San Francisco en 2013).

Muchos creían que el siguiente paso sería la gubernatura de California, pero cuando Barbara Boxer anunció su retirada del Senado, Kamala anunció su candidatura. “El momento siempre es ahora” venía a confirmar Baldwin.

En su paso por el Capitolio destacó por sus contundentes discursos, lo que le permitió obtener un importante capital político que, entre otros atributos, la posicionó como la opción para acompañar a Joseph Biden en la formula demócrata para buscar la presidencia.

Hoy que llega esta candidata histórica a la segunda oficina en importancia de la casona en la Avenida Pensilvania, la agenda entre Estados Unidos y México inicia una nueva travesía. Una de las preocupaciones de la vicepresidenta reside en las operaciones delictivas en la frontera, como lo alertó desde su despacho de la Fiscalía de California cuando calificó a los carteles mexicanos como “la más seria amenaza al bienestar físico y financiero de los californianos”. En esta tesitura, conoce los riesgos y amenazas de la delincuencia organizada trasnacional, por lo que habrá de poner especial atención este desafío.

Por otra parte, es conocida su oposición al nuevo acuerdo del T-MEC. En el Senado fue la única legisladora “fronteriza” que votó en contra del tratado comercial. Argumentó “profundas preocupaciones ambientales”, lo que podría dificultar en este aspecto la relación con el gobierno de México y su política energética.

El tema migratorio es una buena noticia. Como hija de inmigrantes es sensible en la defensa de sus derechos y ha sido una de las demócratas más críticas con el muro fronterizo y la política Remain in Mexico que obliga a los solicitantes de asilo aguardar su proceso en México. La propuesta de reforma migratoria Biden-Harris abrirá la puerta a la ciudadanía estadounidense a millones de indocumentados entre los que se encuentran los “dreamers”.

En tiempos que se avecinan complejos para la relación bilateral, Kamala Harris tendrá un papel preponderante en la construcción de una relación más edificante con México. Su historia de vida, inteligencia y congruencia la avalan.

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