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Desde el año pasado había una discusión de cuándo comenzaba la década, había quienes opinaban que empezaba en el 2020 y quienes en el 2021. Incluso la RAE -si es que la tomamos en cuenta- aclaró que comienza en un año acabado en 1 y finaliza en un año acabado en 0.
Como siempre hago lo que quiero, recuerdo que yo decidí que en el 2020 comenzaba mi década, así se lo decía a todas las personas que me rodeaban. ¿Por qué? Porque muchas cosas importantes van a pasar en el transcurso de estos 10 años, desde terminar la universidad, trabajar, independizarme, hasta quién sabe, quizás enamorarme.
Inicié el 2020 con muchos propósitos y objetivos; terminar mi licenciatura y titularme, el clásico de hacer ejercicio, terminar mi servicio social y posteriormente buscar un trabajo, ahorrar y viajar, entre otras. Tenía todo planeado y perfectamente calculado. Bueno, no tan perfectamente porque no contaba con la pandemia que estamos viviendo. Como a toda la población, me tocó asumir lo que estaba sucediendo y adaptarme a la tan famosa “nueva normalidad”. Busqué cumplir con mis objetivos y otros simplemente tuve que posponerlos o desecharlos por los factores externos que me lo impedían. Hice ejercicio en casa mientras que maldecía haber pagado el gimnasio. Terminé mi licenciatura, pero los trámites para titularme siguen parados. Me enfrenté a la precariedad laboral y la realidad de los bajos sueldos. Como una eterna rueda de la fortuna reí, amé, sufrí, lloré y volví a reír.
Por un momento quise poner mi vida en pausa, pensando en que la pandemia tenia una fecha de caducidad y en unos meses todo regresaría a la normalidad y podría continuar como si nada, pero mientras que veía pasar los meses – como Bella Swan en la película de Luna Nueva – me di cuenta que lo único que estaba pasando era mi vida y tenía que intentar sacar lo mejor que pudiera de una situación que nos ha afectado en todos los ámbitos.
Mientras escribo estas palabras me doy cuenta de que ya celebramos – como pudimos – Navidad y Año Nuevo. Ya comimos nuestras 12 uvas, y yo siento que seguimos en otras fechas. El año pasado me di cuenta de que no puedo controlar todo lo que sucede, pero sí mi reacción ante las adversidades. Este año solo me queda estar agradecida porque puedo decir que todas las personas que quiero se encuentran sanas, porque seguimos juntos en este caos llamado vida.
Es por esto mismo que para este 2021 decidí cambiar un poco los propósitos. Durante esta pandemia entendí el concepto de colectividad; si me cuido a mi misma al no salir, cuido a quienes quiero e incluso a quienes no conozco. De eso se trata todo, de ser una mejor persona, pero no solo para mi familia o amistades, sino para este mundo.
Hoy estoy convencida de que es importante que como sociedad comencemos a preocuparnos por las personas que están a nuestro lado, aunque sean desconocidas. Tenemos que intentar seguir adelante a pesar de las adversidades, dando y buscando siempre ser la mejor versión de nosotros mismos.
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