COVID-19: eje central del segundo informe de gobierno de AMLO

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Arranca septiembre y el panorama parece pintar mejor al de meses pasados. Con varias vacunas para el combate contra el COVID-19 en sus etapas finales y la gradual reapertura de las economías de América, nuevos bríos se avizoran para México, que ha sido fuertemente golpeado en varias áreas por la pandemia de 2020.

En este contexto, el presidente Andrés Manuel López Obrador rindió su segundo informe de gobierno como presidente. No ha sido una tarea sencilla para la cuarta transformación.

Después de haber enfrentado una grave incertidumbre de los mercados financieros, quienes aún siguen viendo con recelo las políticas del mandatario tabasqueño, la llegada del COVID-19, cuya rápida expansión en territorio mexicano obligó al cierre total o parcializado de varias actividades económicas, aún no termina de pasar factura a la actual administración.

Durante su informe de gobierno, el presidente se centró en un tema que ‘no le gusta tocar’: el COVID-19. Insistió en que la pandemia es una ‘crisis de salud pública’ y no ‘política’. Asimismo, evadió tocar el tema de Emilio Lozoya Austin, cuyas declaraciones ya pusieron en jaque a algunos de los más prominentes miembros del peñanietismo.

Asimismo, evitó hablar del escándalo de presunta corrupción alrededor de su hermano, Pío López Obrador, que fue sorprendido en video recibiendo ‘aportaciones’ de David León, operador político en Chiapas.

Respecto a su visita a la Unión Americana para reunirse con el presidente Donald Trump, AMLO recalcó que la relación con el polémico mandatario estadounidense ha cambiado y que, incluso, mostró respeto a los millones de trabajadores mexicanos que radican en nuestro vecino país.

Las críticas: varios medios de comunicación apuntan a que el segundo informe de gobierno sonó más como una de las conferencias matutinas que diario encabeza AMLO que como un verdadero sumario de la actividad anual.

Lo bueno: pese a los pronósticos que indicaban lo contrario, López Obrador tocó el tema de la pandemia de COVID-19, sin minimizarla y aceptando los estragos que ha causado en la nación. Sin embargo, minimizar los riesgos de la pandemia fue un acto más discursivo que en términos de lo real.

Perspectivas para el futuro: el presidente apenas las tocó, no se atrevió a hablar de ese negro panorama que varios avizoran para la economía nacional.

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