Opinión

Violencia contra las mujeres sin solución

martes, 29 de septiembre de 2020 · 16:29

Twitter: @JOHN_OLIVERA

La historia es una reflexión de vida, ya que “quien no conozca de su historia está condenado a repetirla”, Napoleón Bonaparte. Aunque esta frase tiene mucho significado, tal parece que en la actualidad nos hemos olvidado de la gran historia que, como mexicanos, debemos aprender de las grandes figuras que hicieron cambios trascendentales. En esta caso haré referencia en mi posicionamiento en contra de la violencia contra las mujeres que cada día los índices de incidencia están en aumento. ¿Algún día se hará un combate real para erradicar este mal que afecta a la sociedad?

Derechos de las mujeres

Uno de los más relevantes fue el voto de la mujer. Derecho que fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 17 de octubre de 1953 (Diario Oficial de la Federación, Diario Oficial de la Federación, 1953). Sus antecedentes señalan en registros públicos que inició esta forma participativa en 1923 en Yucatán, otorgándole al género, voz y voto en la vida política interna del Estado, reconociendo a tres mujeres electas como diputadas al congreso local: Raquel Dzib, Beatriz Peniche de Ponce y Elvia Carrillo Puerto; además, una mujer más, electa como regidora en el ayuntamiento en Mérida. Este hecho histórico marca el inicio de una democracia participativa para la mujer, aunque no debemos dejar a un lado el contexto de este derecho otorgado. Sin duda alguna, en lo general fue una acción que llamó la atención no solo de la población, sino también, de las autoridades federales atrayendo miradas a las acciones del Estado de Yucatán. En lo particular, considero que para el tiempo en el que se desarrollaba esta acción, era sumamente peligroso debido a que se encontraba en un plano social machista y con intereses políticos de por medio. Lamentablemente, tras el asesinato del gobernador Felipe Carrillo Puerto en 1924, aquellas mujeres representantes se vieron obligadas a renunciar a su cargo público.

El 17 de febrero de 1947 durante el mandato del presidente Miguel Alemán se reformó el artículo 115 de la Constitución para otorgar el voto a las mujeres por primera vez solo en las elecciones municipales. Considerado como un avance para la participación de las mujeres y un paso para la participación ciudadana.

Como dato relevante en este tema, las mujeres votaron por primera vez en elecciones federales el 3 de julio 1955 para la legislatura XLII.

Al citar estos acontecimientos históricos no sólo debemos observar los logros, sino también, aquellos sacrificios que tuvieron realizarse para conseguirlos, ya que, indudablemente, miles de mujeres fueron violentadas de muchas maneras para evitar su éxito.

Caso Larysa Saviñon

El pasado sábado 26 de septiembre del presente año Larysa fue víctima de un acto violento contra su persona. A través de sus redes sociales manifestó la indignación que sintió después de este hecho que la dejó con impotencia y con rabia al no haber podido hacer algo al respecto, pero más porque la persona que se encontraba con frente a ella, un hombre, fue omiso ante este acto. Cito textualmente su manifiesto:

“Estoy completamente indignada:

Hace unas horas decidí pedir comida a domicilio. Al llegar el repartidor bajé a recibir mi pedido. Estaba vestida con un short de pijama y una blusa. Después, mientras pagaba el servicio un sujeto pasó atrás de mi caminando con su perro, rozó su mano en mi cuerpo y me dijo “que provocativa. Por eso les faltan al respeto”. El repartidor no hizo ni dijo nada en absoluto.

Este es el tipo de personas que tenemos como sociedad en la que vivimos a diario como mujeres. Como mujeres no provocamos a nadie y tenemos la libertad de vestir de la forma que deseamos. El hecho de vestirnos como queramos no significa que otras personas tengan el derecho de violentarnos. Me siento muy impotente porque se van tan tranquilamente sin que alguien haga algo al respecto.

El acoso en vía pública cada vez es más frecuente en la que millones de mujeres estamos expuestas a este tipo de violencia machista.

Anteriormente, las mujeres no teníamos espacios donde se hiciera escuchar nuestra voz, pero ahora en redes sociales y con ayuda de quienes están en contra de la violencia, en general, sobre todo en contra de la violencia contra las mujeres, hacen posible identificar el incremento de estos actos cobardes.

En una capital tan grande, la ciudad más grande del mundo no es posible que no se combata este tipo de pensamientos y acciones retrógradas".

Reflexión

Estamos en tiempos de cambio. Larysa, así como otras mujeres en nuestro país como en distintas naciones viven distintas formas de violencia. La misoginia con la que se enfrentan, el machismo, la cobardía y los ataques, incluso de algunas mujeres no son más que un retroceso sistémico y social en la que debemos trabajar en conjunto para realizar un combate real.

En esta ocasión fue Larysa, una joven que estando a unos metros de la entrada de su casa perdió la seguridad y tranquilidad por culpa de un sujeto estúpido sin vergüenza al que no se le aplicó la justicia; no por el hecho de que Larysa no haya querido denunciarlo, sino porque no tenía evidencia alguna el acto delictivo. Además, el repartidor fue omiso ¿Cuáles serían los elementos de prueba para que ella pudiese haber actuado para encontrar a la justicia? Lamentablemente ella fue una víctima más de un agresor en potencia. Para el sujeto fue “fácil” – de pensamiento y acción – cometer este delito sin consecuencia alguna, pero así como éste, hay muchos más caminando por las calles y sin que las autoridades tomen medidas de protección para las mujeres.

Todos tenemos una mujer en nuestras familias. Por tal razón, es fundamental transformar el sistema de educación. Primero, desde el hogar, ya que el núcleo de la sociedad es la familia. Por tanto, la educación que se debe impartir es en el respecto a todas las personas, mujeres y hombres, por igual. Segundo, en los centros educativos para que se complementen las bases de la formación educativa social, preparar a los futuros ciudadanos. Tercera, las instituciones pública, ya que es un factor fundamental en esta implementación formativa, pero lamentablemente en este sexenio se debilitan las instituciones públicas que son piezas clave para la organización de Estado para favorecer programas sociales que no tienen pies ni cabeza, por ejemplo, “Jóvenes construyendo el futuro”, que funciona más como un sistema paternalista.

A las autoridades: Tenemos problemáticas sociales que necesitan urgentemente ser atendidas por ustedes, sectores vulnerables que merecen ser prioritarios y ciudadanos (siendo incluyente, mujeres y hombres) que exigen soluciones. ¿Dónde están aquellas instituciones encargadas de vigilar, procurar y salvaguardar los derechos de los ciudadanos y responsables de la impartición de la justicia?

Si son tiempos de transformaciones, queremos pruebas, no palabras.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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