Opinión

DELTA 8: el psicotrópico olvidado

martes, 29 de septiembre de 2020 · 16:12

Twitter: @PaolaRodc31

Existen más de 80 cannabinoides, el más conocido es sin duda el delta-9-tetrahidrocannabinol,THC, el antagónico estrella en el lenguaje cannabico, dado que es el compuesto con mayor porcentaje en la planta y el mayor responsable de sus efectos psicoactivos.

Pues bien, cuando este compuesto se oxida envejece creando un isómero conocido como delta-8-tetrahidrocannabinol. Ambos fitocannabinoides comparten la misma fórmula química en estructura, la diferencia radica en la parte "delta", que se refiere a un doble enlace, los respectivos "8" y "9" se refieren a la ubicación de ese doble enlace en la cadena (delta-8 tiene el doble enlace en el octavo carbono de la cadena, delta-9 en el noveno). Estas similitudes moleculares son las que permiten a Delta 8, proporcionar efectos terapéuticos altos, pero con una carga psicoactiva menor que la de Delta 9.

La molécula resultante del proceso de oxidación, es de atractivo en el área terapéutica, la limitante para su expansión de uso deriva de que, el delta-9-THC existe en porcentajes totales que pueden llegar al 30% según la variedad y el delta-8-THC solo existe de forma natural en fracciones menores al 1%, por lo que su principal valor se obtiene cuando se produce en forma refinada, es decir, en concentrados que producen efectos psicoactivos similares a los de delta-9-THC, pero de 50% a un 75% menor de potencia, más discretos en el usuario y de menor propensión a inducir ansiedad en comparación al delta 9. De acuerdo al Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU.: 

“El delta-8-THC se puede definir como un análogo del tetrahidrocannabinol (THC) con propiedades antieméticas (inhibidor del vómito o las náuseas), ansiolíticas (combate la ansiedad o el pánico), estimulantes del apetito, analgésicas (alivia el dolor) y neuroprotectoras (combate el envejecimiento de las células nerviosas)”.

Dado que el Delta-8-THC se encuentra principalmente en pequeñas cantidades en la flor de cannabis seca y que se contiene en menos del 1%, es ideal para aprovecharse fumando o vaporizando. En California y otros estados con alto desarrollo de industria en cannabis, se encuentran disponibles productos de delta-8-THC.

Una vez más, la eficacia y estabilidad de un componente de la cannabis, se convierten en un compuesto químico con un alto valor terapéutico y recreativo. Si bien es cierto que cada consumidor tendrá reacciones distintas a los productos cannabicos de acuerdo a su estructura genética, es también cierto que los cannabinoides merecen más investigación e inclusión médica y social. La variedad que nos ofrece esta planta es infinita, sus propiedades satisfacen las necesidades médicas y lúdicas de un sector considerable de la población, sin embargo la atención se ha fijado en “la droga”, en el THC que representa el símbolo de los adictos, de los “parias” que reclaman su derecho al libre desarrollo de la personalidad, de los grupos que en comuna decidieron fumar la “pipa de la paz”, de los rastas que proclaman por su legalidad, pero se ha dejado de lado a los enfermos que buscan los efectos terapéuticos, los que aún tienen la esperanza en su uso medicinal como tratamiento, aquellos que buscan simplemente su efecto paliativo para tener un mejor final, los que buscan el acceso a sus propiedades como un estimulante a sus problemas de ansiedad, y es de saber, que mientras siga vigente la condena de su estigma los derechos de quienes pudieran resultar beneficiados seguirán siendo vulnerados.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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