¿No que iba muy bien el peso?

Twitter: @sofissy

La moneda mexicana había venido acumulando ganancias frente al dólar estadounidense desde la segunda semana de agosto, logrando mantenerse alrededor de los 21 pesos y en un par de ocasiones, incluso por debajo. Esto fue resultado de un momento de relativa tranquilidad mundial, en donde el número de casos nuevos por coronavirus fue ligeramente estable, por los que las medidas de aislamiento físico comenzaron a relajarse, permitiendo una reactivación económica en la mayoría de los países del mundo. En el caso de México, algunos indicadores mostraron cierta recuperación y otros tantos fueros menos “feos”.

Aunado a esto, las políticas monetarias de fuerte inyección de divisas de los bancos centrales de los países avanzados, para fortalecer a los mercados, empezaron a dar más efectos. Notablemente, se notó cómo el dólar estadounidense se debilitó de manera considerable frente a todas las monedas del mercado cambiario, lo que de igual forma repercutió de manera positiva en la paridad frente al peso mexicano.

Este panorama cambió a partir de la tercera semana de septiembre, en donde se originó un repunte importante en los casos positivos por covid-19 en países como Francia, Reino Unido y en Estados Unidos, generando dudas sobre si las economías continuarían recobrando terreno o podrían meter un freno ante la posibilidad de que se genere un nuevo cierre de actividades. Noticias, como una invitación a trabajar desde casa y limitar los horarios de algunos comercios en el Reino Unido, impactaron el sentimiento de los mercados en la semana finalizada del 25 de septiembre, avivando la posibilidad de que esto pueda propagarse en otros lugares donde el crecimiento de contagios se ha elevado significativamente y, por ende, pueda repercutir en sus economías.

Esto provocó que, en dicho periodo, la preferencia por activos de mayor riesgo como son consideradas las monedas de los mercados emergentes, perdiera atractivo. Notablemente, observamos cómo el peso mexicano se regresó de 21.0710 pesos frente al dólar del 18 de septiembre, a 22.3430 pesos al 25 de septiembre, causando una depreciación de 6% respecto al dólar estadounidense.

A esto también hay que agregarle la reciente decisión de Banco de México, el cual anunció una reducción esperada de un cuarto de punto a la tasa de referencia, acumulando así siete recortes consecutivos, lo que de igual forma ha repercutido en la moneda nacional, ya que el premio por tener activos en pesos se ha reducido en un total de 300 puntos base, del nivel de inicio de año de 7.25% a 4.25% actualmente.

Es importante destacar que la cotización del peso frente al dólar podría continuar presentando episodios de volatilidad mientras no haya una certeza sobre si este año pueda crearse un tratamiento o una vacuna que le haga frente a la pandemia. Además, otro factor importante es la ralentización económica de México, la cual a pesar de las medidas de impulso de liquidez de Banco de México, la reciente gradual apertura económica no ha podido reactivarla fuertemente, ante la importante pérdida de empleos que se generó, reprimiendo al consumo, así como la menor inversión que ya venía cayendo previo a la pandemia y el Gobierno Federal no ha lanzado políticas contra cíclicas, en cambio ha apoyado un menor gasto para el próximo año y continúa con sus planes de construir el Tren Maya y el Aeropuerto de Santa Lucía, en medio de la caída del turismo tanto nacional como internacional, así como la refinería de Dos Bocas.

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