Opinión

La UNAM que detiene y encarcela

miércoles, 23 de septiembre de 2020 · 13:00

Twitter: @YessUrbina

Este lunes 21 de septiembre, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reportó el regreso a clases de alrededor de 350 mil estudiantes de los diferentes niveles a través de la modalidad de clases en línea. No obstante, al hablar de la totalidad de la comunidad, vale la pena recordar que el Leonardo Lomelí, Secretario General de la UNAM, a principios de septiembre dijo que era preocupante que el 20% del total de la matrícula estudiantil estuviera en peligro de abandonar sus estudios, es decir, 72 mil estudiantes que no habrían vuelto a clases este lunes.

Ante esto, el 22 de septiembre, la UNAM presentó un Plan de Emergencia de Apoyo a Estudiantes para Facilitar y Mejorar su Capacidad de Conectividad y Aprendizaje a Distancia que consiste en la adquisición de 20 mil tabletas que serán repartidas de forma gradual, así como la disposición de los centros de cómputo y la instalación de 7 centros de PC Puma de préstamos de tabletas y computadoras, estas últimas dos medidas se pondrían en marcha una vez que la situación epidemiológica lo permita.

La UNAM ha repetido hasta el cansancio que “no se detiene ni se detendrá” y así ha sido, pero cuando se estima un riesgo de 20% de deserción escolar, ofrecer tabletas para el 5.7% de la población total resulta insuficiente, habría un ligero aumento con las otras medidas para las cuales hay que esperar. A esto sumemos que el semestre comenzó y este Plan no fue anunciado con mayor antelación, brindar certeza a las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad y en un contexto de crisis resulta prioritario y es, además, una muestra de empatía y verdadero respaldo.

Entre las diversas medidas y acciones que ha venido desarrollando la Institución durante la pandemia, destaca la Encuesta de Movilidad que busca recoger las opiniones y condiciones del estudiantado para el regreso a clases, estos resultados tampoco han sido comunicados con oportunidad, solo hay algunos datos que se dieron a conocer a través de notas periodísticas donde se reporta que al menos 44 mil estudiantes (12.5%) no cuentan con acceso a internet.

Por otro lado, en la FES Acatlán, después del ataque suscitado a principios de abril en contra de las compañeras que ocupaban los espacios recuperados y la reacción institucional ante pruebas poco claras, en mi columna pasada escribí sobre las anomalías e inconsistencias, la respuesta de ésta fue presentar dos denuncias penales por el incendio provocado y que fue informado de forma oficial. Lo que no informaron durante el mes pasado y hasta el día de hoy, son las actualizaciones sobre dichas denuncias que tienen privada de su libertad desde hace casi un mes en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez a la compañera Elis Hernández, estudiante de Sociología, que es acusada por la UNAM de vandalismo en pandilla y para quitar dicha denuncia se piden 4 millones de pesos como indemnización por los daños materiales.

¿Por qué la UNAM y la FES Acatlán no nos están informado sobre el seguimiento de las denuncias y por qué solo Elis está detenida si en el boletín oficial se comunicó que se habían identificado a dos personas? ¿Es esta la persecución política que dan a una estudiante por levantar la voz en contra de la violencia que se vive al interior de la UNAM? Estos actos de opacidad e injusticia patriarcal nos demuestran que para la Universidad de la Nación es más importante encarcelar a una alumna que levanta la voz contra de la violencia contra las mujeres, en lugar de atender las múltiples denuncias sobre acoso y violencia sexual al interior de todos los planteles.

Lo que están haciendo con Elis al tenerla recluida en un penal esperando que pague una cantidad absurda de dinero por un “delito”, cuyas pruebas nunca fueron esclarecidas ni están siendo comunicadas al ser de interés público, es lo que sí debería considerarse como un delito y gran omisión por parte de la Universidad.

Mientras concentran sus esfuerzos en presumir que no se detienen, hay miles de estudiantes que si se ven obligados a detener sus proyectos de vida al no tener un abanico de opciones que la UNAM no fue capaz de ofrecer con todos los recursos que posee y el conocimiento del panorama de desigualdad que existe en el país. También, estamos ante una UNAM que prefiere encarcelar a estudiantes antes de sancionar a los hombres violentadores, ellos el día de hoy están libres y dando o tomando clases, impunemente, que no se nos olvide.

No tendrán la comodidad de nuestro silencio, la UNAM detiene y encarcela. #LibertadParaElis

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

 

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