Opinión

Una orquesta un poco discordante

martes, 22 de septiembre de 2020 · 15:18

Twitter: @LaniAnaya

Cuando era un poco más joven, solía comparar a las Naciones Unidas con las salas de conciertos que solíamos visitar. Me parecía que, al igual que los músicos afinaban sus instrumentos para tocar armoniosas melodías en las que cada parte era vital para la puesta final; las relaciones internacionales requerían tanto de la preparación como de la importancia de cada miembro para formar una melodía virtuosa. Años después me di cuenta que algunos “instrumentos” solían escucharse más fuerte, y que las armonías internacionales dependían de los intereses de los músicos involucrados.

Este lunes dio inicio el “concierto” más representativo del multilateralismo, la Asamblea Mundial de Naciones Unidas (UNGA por sus siglas en inglés). El discurso inicial fue el del director de orquesta, el secretario General António Guterres puntualizó la necesidad de escucharse unos a otros para reconstruir juntos la nueva melodía a tocar tras la pandemia. Los aspectos más importantes que resaltó fueron el cuidado del ambiente, la importancia de reducir las desigualdades; de manera relevante, la amenaza a la ejecución de los conciertos que conocemos como multilateralismo, o la cooperación de los países para fines comunes.

La orquesta, que cumple 75 años de temporadas consecutivas, nos plantea un punto de no retorno que exige cambiar volti súbito. La actual pandemia, tal y como lo hemos resaltado varios actores interesados, no es una problemática aislada; sino el resultado de nuestro modus vivendi, y por lo tanto, resalta todas aquellas problemáticas sociales, económicas, y ambientales que ya eran evidentes antes del 2020.

Las presentaciones de los músicos que forman parte de la orquesta han hecho un llamado a la acción global; aunque pocos comentan de qué manera ejecutar la pieza musical. Nadie puede negar que la pandemia, -aunada a otras crisis geopolíticas, sociales, ambientales, financieras- han reconfigurado el ritmo, y los matices que reconfiguran la obra en su conjunto. Algunos músicos tocan instrumentos sin brío, otros se desafinan pero siguen practicando. Incluso algunos tienen intenciones de claudicar; no obstante, se requiere de tutti para que la música continúe.

Si bien los ciclos de cooperación y aislamiento tienen una tendencia de vaivenes, el mundo -y la música- están más conectados de lo que pensamos. La cooperación prestíssima no es una opción, sino un requerimiento que vaya más allá de las buenas intenciones a fin de que el concierto global sea menos discordante de lo que hoy se escucha. No se necesita una melodía unísona, sino la consecución de obras menos improvisadas que puedan hacer frente a esta crisis de magnitudes mundiales sin precedentes.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

Otras Noticias