Opinión

The Social Dilema y Pensamiento Crítico

miércoles, 16 de septiembre de 2020 · 11:29

Twitter: @GNava1980

Hace unos días vi en Netflix el documental The Social Dilema. La curiosidad surgió porque en diarios como El País y en redes sociales leí comentarios sobre la forma en que Facebook, Twitter o Google “manipulan” a sus usuarios. Las conversaciones iban de criticar a las grandes empresas de las redes sociales por la falta de ética sobre el uso de información personal hasta comentarios mas radicales como el terror a conectarse a internet y ser manipulados sin darse cuenta.

The Social Dilema plantea un escenario realmente catastrófico en el que el ser humano dejará de tomar decisiones propias. Las redes sociales inmersas en Internet serán los entes que condicionarán nuestros procesos cognitivos básicos: percepción, pensamiento, atención, memoria y lenguaje. Ya no seremos dueños de nuestras acciones. No hay salida, estamos condenados a ser autómatas, seres humanos que actuarán sin reflexión.

Desde mi punto lo que en realidad sucede con las redes sociales, y en general con todos los medios de comunicación, es que con el surgimiento de la ciencia de datos y el volumen infinito de información que los seres humanos hemos generado a través de internet con las redes sociales, las grandes compañías como Facebook, Twitter, TikTok o Google han logrado comprender nuestras estructuras mentales.

Las estructuras mentales son los “lentes” a través de los cuales observamos y, sobre todo, filtramos lo que ocurre en nuestro entorno. Las estructuras mentales dependen de dos factores principales, primero, de los procesos cognitivos y segundo, de la influencia de nuestras experiencias pasadas, educación, valores culturales, éticos y morales, nuestro rol social en la familia, la comunidad, el trabajo, amigos y, creencias, religión y desde luego el enorme cúmulo de información que recibimos en una realidad de “hiperinformación”.

Durante mi trayectoria como Oficial de Inteligencia en varias instituciones de los tres órdenes de gobierno, las estructuras mentales y los sesgos cognitivos fueron el mayor reto para realizar el análisis de inteligencia. Las estructuras mentales y los sesgos cognitivos son inconscientes, ineludibles, automáticos y, sobre todo, resistentes al cambio. Durante mis primeros años, mis informes estaban afectados por estos dos componentes míos, restando objetividad a la información.

Hoy las grandes empresas de redes sociales han encontrado la forma de monetizar, de hacer dinero, con las estructuras mentales y los sesgos cognitivos.

Han creado burbujas de información que nos hacen resonancia, que coinciden con nuestras estructuras mentales, introduciéndonos en una zona de confort. Simplemente nos repiten nuestras propias ideas y sesgos, filtrando estructuras mentales diferentes a las nuestras. Nos presentan una realidad que refuerza nuestras creencias y enmudecen las que son diferentes con el único objetivo de ganar clics y con estos, dinero.

En realidad, las redes sociales no nos manipulan, sino nos crean una sensación placentera al confirmar nuestras creencias, nuestros miedos, nuestra filia o fobia. Nos pueden confirmar que la riqueza es la razón de todos los males de nuestro país, o pueden confirmar a nuestros vecinos del norte que los mexicanos somos criminales violadores y que es necesario construir un muro que detenga nuestro paso a su país. Creemos estas ideas, porque desde el principio han sido nuestras o de muchos de nuestros vecinos. Han estado ahí de forma inconsciente, gracias a nuestras propias estructuras mentales.

Cada vez que nos refuerzan nuestras propias ideas, sesgos y estructuras mentales encontramos más diferencias con la de nuestra familia, amigos, vecinos,… Esto involuntariamente aumenta el divisionismo en la sociedad y alimenta emociones negativas como el miedo, resentimiento y odio.

El peligro real de las redes sociales es que se han convertido en el vehículo ideal para la radicalización de las estructuras mentales, de los sesgos cognitivos.

Para mí un claro ejemplo es la radicalización del miedo y del resentimiento, siendo emociones tan poderosas, conducen a conductas violentas que enfrentan a las sociedades con cada vez mayor frecuencia. Veamos las constantes protestas relacionadas con el movimiento Black Lives Matter y sus opositores, o las manifestaciones, con algunos elementos violentos, para exigir soluciones a los feminicidios en nuestro país. Ambas demandas son legítimas y necesarias, pero la manipulación de las estructuras mentales a través de las redes sociales hacen que movimientos legítimos se lleguen a constituir como amenazas a la gobernabilidad democrática, un elemento fundamental de la Seguridad Nacional.

The Social Dilema evitó plantear una solución, posiblemente por la misma razón que Facebook, Twitter o TikToc emplean la nobleza de la ciencia de datos, para monetizar las estructuras mentales de los seres humanos. La solución más sencilla sería el no permitir la personalización de contenidos empleando algoritmos que solo refuercen nuestras estructuras mentales. Sin embargo, esto acabaría con el negocio, haciéndola inviable. Afortunadamente si existe otra salida que depende de nosotros como individuos: el Pensamiento Crítico.

Mi primer acercamiento con el Pensamiento Crítico fue otra vez como oficial de inteligencia. Luego de los atentados el 11S la burocracia norteamericana identificó errores de inteligencia. A pesar de que los analistas recibían información confiable, verificada y validada había errores. ¿Por qué? La respuesta fueron las estructuras mentales y a los sesgos cognitivos. Los analistas introducían sus creencias e ideologías en los análisis de inteligencia creando productos sesgados y con tendencias, lo que influía de forma negativa en la toma de decisiones. A partir de ello introdujeron el Pensamiento Critico como base fundamental de la formación de los analistas de inteligencia.

El Pensamiento Crítico según el filósofo, pedagogo y psicólogo estadounidense John Dewey (Dewey, 1910) consiste en tener en cuenta con especial cuidado nuestras creencias o supuestos de conocimiento, tratando de encontrar cuales son los fundamentos o bases de ellos.

Y para Linda Elder y Richard Paul autoridades en materia de Pensamiento Crítico, en su Mini Guía para el Pensamiento Crítico: Conceptos y Herramientas; éste se constituye como una forma de pensar aprendida y entrenada que tiene como objetivo incrementar la calidad de nuestros procesos cognitivos. El entrenamiento en Pensamiento crítico de acuerdo a Elder y Paul, nos permitirá tomar control de nuestras estructuras mentales y de nuestros sesgos cognitivos.

En mi próximo articulo les diré cómo funciona y cómo podemos aprender a utilizar el Pensamiento Crítico. Como puede ser nuestra arma contra la monetización de nuestras estructuras mentales de la que hoy se benefician empresas como Facebook y todas sus filiales, Twitter, Google o TikToc.

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