Opinión

En el peor momento, el gobierno le da la espalda al empleo formal

lunes, 14 de septiembre de 2020 · 14:06

Sobre la mesa
Twitter: @gerardohdz_p

La propuesta está sobre la mesa y el plan del gobierno para el siguiente año es disminuir 92% el presupuesto del Programa de Apoyo al Empleo (PAE), un pulmón del Servicio Nacional de Empleo (SNE).

De los recursos del PAE dependen los servicios gratuitos de vinculación para el trabajo, la capacitación de personas para acceder a mejores oportunidades laborales, la movilidad de jornaleros agrícolas y la organización de ferias de empleo que realiza el SNE. Además, un subsidio para que las oficinas Servicio Nacional de Empleo en los estados repliquen estas acciones.

En un momento crítico para el mercado laboral, con una pandemia que borró más de un millón de empleos formales y una recuperación que apunta a ser muy lenta, el gobierno federal manda un mensaje muy malo al proponer un recorte de 704.8 a 55.5 millones para la operación del Programa de Apoyo al Empleo el siguiente año. Es decir, casi lo están desapareciendo.

El Servicio Nacional de Empleo, depende en buena medida de los recursos de este programa y si bien, su operación no es la “cura” para el mercado laboral, sí tendrá un rol clave para que los mexicanos puedan reincorporarse a un trabajo digno, en especial los desempleados de menores ingresos y baja formación.

Recortar de esta manera el PAE, termina siendo un castigo más fuerte para las personas de nivel socioeconómico bajo, que es la población más beneficiada y que más acude a las oficinas del SNE.

Este año, el Servicio Nacional de Empleo tuvo un rediseño en sus servicios, fue un giro de casi 180 grados para ofrecer un mejor acompañamiento a las personas que buscaban empleo y no dejarlos a la deriva. Además, se trabajó en un apoyo más cercano para las empresas, en especial las MiPymes, para diseñar sus vacantes.

En esencia, el SNE tuvo una reconfiguración importante para fortalecerse como institución. Pero la incertidumbre en su continuidad que deja la disminución de su presupuesto nos hace reflexionar en que, de poco servirán los esfuerzos por haberlo mejorado.

A estas alturas, parece que los programas prioritarios han tenido más relevancia para el gobierno, pero ¿Hasta qué grado pueden apoyar la formalidad en el país? El en el contexto actual, la recuperación del mercado laboral se está dando en mayor medida en la informalidad.

Uno de los beneficios del PAE es el fortalecimiento de las estructuras formales de empleo, esto es fundamental para la reactivación del mercado laboral, México no puede seguir con el incremento de la informalidad, no es sano para las finanzas del país y peor aún, para las personas que se emplean en este sector sin la garantía de un empleo digno.

Quizá el propio presidente ha sido el primero en “minimizar” el Programa de Apoyo al Empleo y eso se refleja con los recortes que ha tenido durante su administración. En 2018, el PAE tuvo un presupuesto de 975.3 millones; en el 2019, el primer año del actual gobierno, sus recursos bajaron a 722.9 millones (se redujeron 26%), para 2020 la bolsa también se recortó en 3 por ciento.

Por si esto fuera poco, a inicio de la pandemia la Secretaría de Hacienda y Crédito Público amagó con retirar recursos del programa para destinarlos al plan de reactivación económica; esta situación puso en peligro la operación de las oficinas estatales del SNE.

El mensaje es claro: el gobierno ha visto como un gasto la operación de este programa y en lugar de fortalecerlo, se ven más intenciones de desaparecerlo por completo.

El panorama es gris y deja al gobierno en un discurso de claroscuros, buscando mejorar las condiciones laborales a través de una política de recuperación salarial y la misma implementación de la reforma laboral; pero, por otra parte, debilitando a una institución que tendrá una función clave en la recuperación del empleo.

Sin duda, habrá que cuestionarle al gobierno ¿Con qué piensa sustituir el Programa de Apoyo al Empleo?

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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