Opinión

El glifosato, el cáncer y la cuarta transformación

jueves, 6 de agosto de 2020 · 08:35

Twitter: @Marioliva4

El glifosato es un herbicida inventado en los 70´s por Monsanto, la gigante de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM´s), quien fue adquirida por Bayer, y que básicamente mata todas las hierbas a su alrededor sin ser selectivo y es utilizado en la agricultura industrial de manera masiva sobre todo en cultivos genéticamente modificados que están diseñados para resistirlo, afectando cuerpos de agua y la biodiversidad de manera negativa.

Se ha utilizado tanto, que se han encontrado restos de glifosato en una gran cantidad de alimentos como cereales, cervezas, e incluso la carne, lo que hacia pensar que ha llegado a nuestro organismo, a tal grado que en 2015, la Organización Mundial de la Salud había clasificado al glifosato como un “probable carcinogénico”, algunos estudios también le atribuyen cambios en el sistema endócrino y sus efectos pueden incluso impactar en nuestra flora intestinal. En el mercado se conoce como “Roundup” y es utilizado en el cultivo de aguacate, tomate, café , frijol y el maíz, entre otros, desde hace 40 años y aquí en México se puede adquirir en cualquier supermercado.

Cuando Bayer compró Monsanto hace un par de años, también enfrentó una serie de demandas colectivas por productores y consumidores enfermos de un tipo específico de cáncer atribuido al producto en Estados Unidos, que puso en jaque a la empresa y que ha llegado a un acuerdo para pagar 10 mil millones de dólares entre unos 95,000 demandantes, y que abre la puerta para futuras acciones y demandas colectivas. Esto ha puesto en jaque a la farmacéutica, quien ha reportado pérdidas en este trimestre por la pandemia, pero que sigue negando los efectos en la salud de las personas, ejerciendo presión sobre los gobiernos y la comunidad científica para minimizar sus efectos negativos en la salud.

En estos días, Víctor Toledo, al frente de la SEMARNAT y con una visión hacia una transición agroecológica para beneficio de los ecosistemas, los cuerpos de agua y la sociedad y por lo tanto a un control mas estricto de éste herbicida en los cultivos, hasta su total prohibición en 2024, para así producir alimentos sanos en el país, tema que ha estado más vigente que nunca, debido a la pandemia provocada por el COVID-19 se ha extrañado del anteproyecto de decreto enviado por la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural a cargo de su homólogo, Víctor Villalobos, a la CONAMER (que aún no se dan a conocer) para hacer más estudios técnicos sobre el efecto de este herbicida. El argumento de los grandes productores, es que al no tener un control de la “maleza”, los cultivos pueden peligrar al no recibir los nutrientes necesarios y poner en riesgo la producción alimentaria en el país.

En un planeta que urge tomar medidas hacia la protección de la salud y los ecosistemas, la transición hacia la agroecología es el paso lógico siguiente. Ojalá que esa sea la línea que se siga, y se priorice la salud y a los ecosistemas, pero ya veremos.
 

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