Opinión

México y el home office: tan cerca y tan lejos

lunes, 31 de agosto de 2020 · 13:52

Sobre la mesa
Twitter: @gerardohdz_p

El home office es una modalidad de trabajo que se intensificó con la pandemia, eso nadie lo discute. El teletrabajo fue la única alternativa que tuvieron algunas empresas para no frenar por completo las operaciones y al mismo tiempo, cuidar a sus colaboradores.

Esta adopción del home office, en varios casos improvisada, ha llevado a muchos a creer que será una realidad en el mercado laboral mexicano, pero ¿Realmente estamos ante una modalidad que transformará el trabajo en México?

El mercado laboral mexicano es uno de los más complejos, está tan segregado que la informalidad es más alta que la formalidad. La mayoría de empleos, aún se realizan sin usar tecnologías de la información.

Para poner la situación en contexto, en México la población ocupada asciende a 48.3 millones de personas. Pero no todas están en la formalidad, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sólo hay registrados 19 millones 495,952 trabajadores.

El home office es una modalidad propia del empleo formal de nuestro país, de actividades que pueden realizarse a través de una computadora y con conexión a internet. Poco menos de la mitad de la fuerza laboral puede trabajar desde casa.

Sin embargo, no todos los trabajadores formales pueden hacer teletrabajo. Más allá de si la persona está preparada para trabajar desde casa o no, de esos casi 19 millones y medio de empleados registrados ante el IMSS, una parte labora en actividades operativas en fábricas o maquiladoras, para quienes el trabajo a distancia es sencillamente una utopía.

En nuestro país, el home office está lejos de ser una realidad de nuestro mercado laboral. Será una modalidad más usada, sin duda, pero muy distante de convertirse en una opción para una cantidad considerable de personas.

El teletrabajo, seguirá abriendo una brecha importante entre trabajadores más privilegiados que otros. Una parte muy pequeña de la fuerza laboral que podrá quedarse a trabajar desde casa y otra que, en caso de una contingencia, deberá seguir saliendo a la calle para no quedarse sin ingresos.

En este punto, me gustaría aclarar que no estoy en contra de la implementación del home office; por el contrario, opino que es bueno que continúe la adopción de esta modalidad. Pero no hay que perder de vista que es una modalidad que está lejos de cubrir si quiera a la mitad de la fuerza laboral de este país. Pensar que el teletrabajo será algo cotidiano en nuestro mercado, es vivir en una realidad alterna.

Claro está, el interés de más empresas por adoptar esta modalidad pone mayor urgencia al Poder Legislativo para hacer realidad una reforma de teletrabajo que le dé certidumbre tanto a los trabajadores como a las empresas, con reglas claras de cómo se implementará el trabajo desde casa, obligaciones y derechos.

El hecho de que el teletrabajo esté lejos de ser una alternativa para una buena cantidad de trabajadores nos lleva a reflexionar en que queda mucho camino por recorrer en la digitalización de las empresas, en especial de las MiPymes.

Durante muchos años, nuestro país se posicionó en el mundo como un mercado laboral de mano de obra barata y netamente operativa, esas condiciones son las que nos tienen hoy tan cerca y tan lejos del teletrabajo como una alternativa real para nuestra fuerza laboral.

Si aspiramos a que el home office se posicione como algo cotidiano en nuestras relaciones de trabajo, entonces hay mucho trabajo por delante, tanto en la transformación digital de las organizaciones como en la formación de un talento más especializado.

Y sólo como un plus, para avanzar a un mayor uso del home office, también se necesita cambiar muchos paradigmas al interior de las empresas, pero de eso hablaremos en la siguiente entrega.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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