Opinión

¿Qué es lo más funesto de la educación? Los padres de familia

jueves, 27 de agosto de 2020 · 14:41

Twitter: @HadaCosquillas

Muchos han estado escribiendo sobre el tema educativo en estos tiempos de Covid, cierto es que para todos ha sido un momento en el que nadie se esperaba nada de lo acontecido pero lo curioso es que sí todos, tenemos mucho que juzgar como si los otros tuvieran vasta experiencia en esto de la pandemia.

La educación lamentablemente no ha sido prioridad de muchos, prueba de ello es todo lo que se ha venido dando en torno a ella. Al inicio de la pandemia tuve un poco de esperanza pues pensé que al quedarse los niños y niñas en casa, los padres y madres valorarían la labor de los docentes y que se darían cuenta de todo lo que hacen los docentes para poder ofrecer lo mejor que pueden. Conforme pasaba el tiempo y veía cómo reaccionaban; fui perdiendo toda esperanza y ahora que se ha regresado a las clases, veo lo triste que se ha tornado la dinámica educativa pues si bien, para nadie es lo ideal encontrarse detrás de una pantalla. Pero dadas las circunstancias es lo mejor que podemos hacer y es lamentable que los padres y madres juzguen las acciones de los docentes con tal ligereza que hasta caen en la obscenidad.

Su sentido común no les da para darse cuenta de que los profesores han tenido que armarse algunos de ellos de equipos adecuados para ofrecer calidad, que han tenido que desvelarse y para volver a aprender su labor para tener la didáctica que los tiempos les exigen, que se la han pasado de capacitación en capacitación aprendiendo múltiples plataformas, hay docentes que deben tener hasta tres trabajos y en cada trabajo son capacitaciones distintas y lo que no saben es que nada de ese esfuerzo tiene remuneración económica. Que han tenido que ver cómo salir adelante pues no han tenido sueldo completo ni contrato seguro y que todo el tiempo que los padres y madres se tomaron para pensar si metían o no a sus hijos a las escuelas privadas, los docentes estuvieron con insomnio, colitis y angustia de no saber si tendrían o no empleo.

Los padres y madres exigiendo a los colegios como si los colegios fueran mantenidos por robots, o como si los docentes no tuvieran compromisos familiares, problemas y preocupaciones, como si fueran inmunes al virus y si no tuvieran hambre. Ha sido tan lamentable confirmar que la educación se maneja más como una mercancía y no como un proceso de formación y desarrollo de los seres humanos, pues he visto padres y madres regateando en el colegio por la educación de sus hijos e hijas.

Entiendo perfecto que también los padres han tenido que verse en situación de incertidumbre y bajaron quizá sus ingresos, pero precisamente por esto ha sido más funesto que no se viera empatía y solidaridad y en cambio ha resaltado el egoísmo exacerbado, la lamentable cultura de “porque pago mando” y que los docentes están para cumplir caprichos.

Sepan todos los padres y madres que han estado vejando a la educación y viéndola como algo que es muy fácil incluso de hacerlo por sí mismos que la paga de los docentes es muy castigada y que el tiempo pagado es solo el de las horas de clase pero no el de horas de

preparación, de estudio, ni los materiales que uno compra, ni ahora la tecnología que debemos tener, ni las plataformas, ni mucho menos nos pagan por amar a sus hijas e hijos y que es precisamente eso, el amor que tenemos por nuestros alumnos, lo que nos hace seguir a pesar de bajos sueldos, maltratos de ustedes cuando nos gritan o nos hablan como si fuéramos sus empleados y ustedes un pésimo líder. Si seguimos creyendo en la educación es porque nuestra esperanza hemos aprendido a ponerla mejor en sus hijas e hijos, esos alumnos que nos dicen “perdone a mi papá ´o mamá miss” esos alumnos que nos dicen “soy muy feliz en su clase miss” eso es lo que nos mueve porque si nos dejáramos llevar por su cero empatía, su prepotencia y su poca solidaridad, créanme que ya no existirían ni maestros ni escuelas.

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