Opinión

Derecho y responsabilidad ciudadana

miércoles, 26 de agosto de 2020 · 14:22

Twitter: @Beelindacn

Es un hecho que muchos profesionistas de diferentes áreas del conocimiento piensan que entre más complejo sea el lenguaje que utilizan, más importante es lo que dicen, pero no pueden estar más equivocados porque lo que dicen no solamente suena pe-dante, sino que fallan en transmitir la información.

Estoy consciente de que en mi carrera también el lenguaje jurídico puede parecer incom-prensible y esto crea la falsa idea de que la política y lo jurídico es solo de quienes lo estudian, sin embargo, es de y para la ciudadaníaa. Un claro ejemplo de esto es que existen herramientas que podemos utilizar, pero no lo hacemos por desconocerlas, como son los amicus curiae; y ustedes se preguntaran ¿qué es eso y qué significa? Pues bueno, es una expresión latina que se traduce como “amigo de la Corte” y consiste en un informe técnico de carácter voluntario que puede ser presentado por personas, insti-tuciones o grupos que no son parte formal del juicio, con el único propósito de presentar argumentos ante la Corte para la mejor resolución del caso; dentro de estos argumentos puede haber datos duros, información técnica e incluso evidenciar las posibles repercu-siones que pueden existir.

El Estado mexicano ha recurrido a su uso en casos relevantes como Álvarez Macháin, y Osvaldo Torres Aguilera. En México, presentar dichos informes ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación no es una práctica tan común, sin embargo, han sido claves en casos emblemáticos como; Militares con VIH, la revisión de la Ley Televisa, el matrimonio igualitario, entre otros; donde han sido fundamentales aportando argumentos a las y los ministros. Asimismo, en los casos en los que la Corte Interamericana de Derechos Hu-manos ha sentenciado a México, muchas Organizaciones No Gubernamentales, Univer-sidades y Organizaciones de la Sociedad Civil, han utilizado este tipo de instrumentos para presentar argumentos de hecho y derecho sobre temas relevantes de derechos humanos.

Como parte de mi formación académica colaboré en la redacción de un par de amicus curiae y opiniones técnicas. Uno de éstos es el caso de ocho hombres y una mujer indí-gena que en el 2011 fueron acusados por el delito de “daño a las cosas” luego de que retiraron la torre de un empresario invasor que obstruía el paso del agua a su comunidad. En el Amicus Curiae:

“Haciendo efectivo el pluralismo jurídico. Coordinación entre los sistemas normativos indígenas y el sistema positivo mexicano”.

Exponemos y sostene-mos la importancia de que el Estado Mexicano respete los tratados y convenciones que ha firmado, así como lo que dice nuestra Constitución Política, ya que durante todo el proceso no se ha tomado en cuenta el derecho que tienen a defender su tierra. Como Estado tenemos que desarrollar los criterios de coordinación entre sistemas jurídicos, con base en la autonomía, libre determinación y respeto a los pueblos indígenas. No podemos por un lado enorgullecernos y poner las bases de nuestro estado en ellos y por el otro lado, ignorar sus derechos.

Al participar en la redacción de estos instrumentos, pude darme cuenta de la importancia que tienen, ya que el sistema judicial nos permite aportar argumentos, lo cual no solo ayuda a que las y los jueces a quienes va dirigido tengan un panorama más amplio, conociendo todas sus aristas; sino que los intereses de diferentes grupos son tomados en cuenta y existe la participación pública. Deberíamos de comenzar a pensar en los amicus curiae además de un derecho, una responsabilidad que tenemos como ciudada-nos, para generar una sociedad más justa, democrática e inclusiva.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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