Opinión

¿Cómo te trató tu empresa en esta pandemia?

lunes, 24 de agosto de 2020 · 13:54

Sobre la mesa
Twitter: @gerardohdz_p

Hay cosas que los seres humanos jamás olvidan, existen momentos que siempre se recuerdan. En el ámbito profesional, el trato que se recibe de los empleadores deja huella y en un contexto de crisis, esa huella es más profunda.

Las crisis sacan lo mejor de las personas, pero también lo peor. Lo mismo ocurre en las organizaciones. Esta pandemia es uno de esos panoramas donde el trato que le da una empresa a sus trabajadores es recordado por años e incluso, por generaciones.

Las acciones que haya tomado la empresa durante la pandemia, sean buenas o malas, van a tener un impacto en los trabajadores, en la forma en la que perciben su valor para la organización y por supuesto, en el compromiso con la compañía.

Y en este punto, un patrón podrá decir ¿Y a mí qué? La pregunta es tan válida como la calidad de la relación de trabajo que hay entre el empleador y los empleados.

Para el empleador que piensa que su única responsabilidad con el trabajador es pagarle, es normal que considere que no debe hacer más por el empleado, porque la relación de trabajo se basa únicamente en el sueldo que das y el trabajo que recibes a cambio.

Sin embargo, estas relaciones no ayudan al crecimiento de una empresa. Si concebimos a una organización como una maquinaria, los trabajadores son un engrane -quizá el más importante- y la única forma de que ruede bien, es con empleados comprometidos, aquellos que están dispuestos a dar un plus sin que el patrón se lo pida, que cuidan a la compañía como si fuese suya, que valoran el lugar en el que están.

Evidentemente, para lograr este nivel de compromiso se requiere sensibilidad y empatía con los trabajadores, una comunicación activa, un salario emocional, buen ambiente de trabajo, trato digno y respeto a los derechos laborales.

En resumen, una empresa donde se vea y se trate al empleado como lo que es, un ser humano, es una organización condenada al éxito.

Nadie, absolutamente nadie quiere trabajar en una empresa que trata a sus trabajadores como objetos.

Existe la posibilidad de que, por las condiciones del mercado laboral, las personas acepten un empleo con condiciones precarias, jefes tóxicos y malos ambientes de trabajo, pero créanme, esa persona no está a gusto.

Los trabajadores que no están a gusto se van en la primera oportunidad que tienen y esas fugas, tienen un alto costo para la empresa.

Retornando al tema del actuar de las organizaciones durante la pandemia. Las crisis son los momentos donde las empresas demuestran o no el valor que tienen los trabajadores en su organización.

Si una empresa trató mal a sus colaboradores durante la crisis; si hizo despidos de mala manera y sin respetar el marco legal: si no permitió el home office aunque las actividades se pudiesen realizar desde casa; si la empresa decidió unilateralmente recortar sueldos o enviar empleados a casa sin goce de sueldo; si nunca se comunicó con el colaborador para preguntarle cómo se encontraba él y su familia; si ha generado sobrecarga de trabajo a los empleados que se quedaron… En fin, si la empresa actuó mal, seguramente los trabajadores se acordarán de ello.

El costo de las malas acciones lo verán a futuro, cuando las personas se vayan en la primera oportunidad que tengan; cuando se dificulte llenar una vacante; cuando baje la productividad de los trabajadores o incluso, lleguen a hacer cosas que lastimen la reputación de la empresa y por qué no; cuando los consumidores decidan no seguir comprando un producto o servicio, ya sea por la mala atención de un colaborador sin compromiso o hasta por haberse enterado del trato de la compañía con sus empleados durante la crisis.

La crisis puede ser una oportunidad de reforzar la marca empleadora, de mostrar qué tan valioso es el colaborador para la empresa, tratar bien a los trabajadores durante un contexto como la pandemia, tendrá mucho más beneficio para las organizaciones, es un ganar-ganar.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

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