Odio a la mexicana

Actos de poder

Twitter: @Fercoca

La competencia que hay entre opositores al gobierno del presidente López Obrador y quienes lo apoyan, ha provocado que la vida pública se convierta en una arena en la que las manifestaciones de odio son el arma predilecta para descalificar el adversario, al que se le da trato de enemigo. Son miles las descalificaciones, pero muy pocas se acompañan de pruebas que demuestren su veracidad. Los “argumentos” para desacreditar al de enfrente no generan certeza para nadie.

Desde 2002, Vicente Fox comenzó con una campaña en contra del entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador porque este último se atrevió a criticar el gasto en publicidad gubernamental. Y en sus conferencias de prensa mañaneras, López Obrador contraatacó con todo. Ese episodio terminó con el desafuero y en 2006, con el gran fraude electoral que impuso a Felipe Calderón en la presidencia.

En medio de una grave crisis sanitaria, y una económica que pondrá al país en riesgo mayúsculo, lo único que se les ocurre a los simpatizantes y detractores del presidente de México es insultarse, manifestarse el odio profundo que siente el uno por el otro. No hay términos medios y mientras más odio se demuestra, más aplausos de las gradas.

Si un periodista critica, con o sin motivo, al gobierno, una horda de simpatizantes se le va encima con la intención de intimidarlo, de lincharlo, de desaparecer de la faz de la tierra.

Si un simpatizante del presidente descalifica a un opositor del gobierno, teniendo o no razón, ese bando también desea su eliminación.

Ya nadie reconoce límites. Pocos quieren reconciliarse con su “adversario” favorito. Perdimos el centro y estamos en la lucha de los extremos que, mientras más lejanos están del equilibrio, se parecen tanto como un siamés a otro.

Si, habrá quien diga que la culpa es del presidente por polarizar; también, como líneas arriba se enunció, quienes vemos el origen de la división en el abuso del poder que se cometió con el desafuero y la intervención obscena de Fox en la elección.

Viene lo peor. La elección del 2021 recrudecerá el odio. No veo a quién, o quiénes, nos regresen al centro. Sálvese el que pueda.

La Letrina. El atentado a Omar García Harfuch era un momento en el que sociedad civil, partidos políticos, empresarios y gobierno pudimos hacer un pacto de unidad en contra del enemigo común: el crimen organizado. Pero no, brotaron los odios de todas partes. No hay optimismo.

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