A la distancia, las universidades de Comunicación cada vez más rezagadas

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Es una realidad: nuestro mundo está cambiando a ritmo vertiginoso y la forma en la que se producen los medios de comunicación y la publicidad también lo está haciendo. Aunque suene trillado, la llegada del COVID-19 también impone nuevos retos y los centros educativos deben de ser parte de esa transformación tan necesaria en la era contemporánea. 

Sin duda, parte de ella son los miles de centros educativos que ofrecen licenciaturas y posgrados en Comunicación y Periodismo en México. Muchas de ellas, tanto en sus ámbitos privados y públicos, no han actualizado su plan de estudios en años y sus profesores siguen ‘casados’ con ángulos teóricos insuficientes para comprender y analizar el panorama actual. 

Este desfase entre el modelo educativo de las licenciaturas y lo que está sucediendo tiene repercusiones graves: mientras que los empleadores desconfían en el ‘recién’ egresado por considerar que su previa experiencia escolar fue limitada, aquellos quienes logran colocarse en el mercado laboral profesional luchan por entender los retos de la encrucijada digital, así como los nuevos dilemas que implica iniciar proyectos destinados en su totalidad a habitar el internet, sin ninguna plataforma ‘dura’ que los soporte. 

Las carreras de Comunicación, particularmente en su dimensión pública, viven procesos de politización ‘tóxicos’ para los estudiantes. Tenemos casos particulares con profesores que no han actualizado sus lecturas teóricas, pero siguen enseñando; aquellos también que jamás se presentan a dar clase o los otros cuyo ‘ego’ les permite reprobar clases completas, sin ninguna justificación válida en el plano de lo real. 

Lo que quizá no se dan cuenta es que este tipo de rezago cuesta caro: de acuerdo con datos del portal Guía Universitaria, la carrera de Comunicación en México presenta una tasa de desempleo del 8% en el país, con un salario promedio que tipa en los 8,000 pesos para quienes se dedican a esta profesión. 

Aunque cada vez existe una mayor necesidad por aquellos empleos de ‘encargado de redes sociales’, el nivel de profesionalización se adquiere muchas veces en el terreno de lo práctico, cuando deberían ser las instituciones educativas quienes sienten una base importante para el alumnado.

¿Crees que en otras áreas de desempeño laboral sucedan situaciones similares? 

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