Opinión

Hugo López-Gatell: de médico a político

viernes, 3 de julio de 2020 · 15:44

Twitter: @rodrigosanmx

Si existe alguien cuyo nombre se recuerda diario en México a raíz de la pandemia de COVID-19 es el del doctor, Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud y el rostro de la autoridad sanitaria nacional frente a México y el mundo.

A más de 122 conferencias de haber iniciado la comunicación de la pandemia durante la conferencia vespertina, que se celebra sin falta de lunes a domingo en las instalaciones de Palacio Nacional, la figura de López-Gatell ha transicionado del ‘médico epidemiólogo’ a la de actor político. El egresado de la Universidad John Hopkins pasó de ser ‘neutral’ a un actor más dentro del macabro juego entre las autoridades de la cuarta transformación y la oposición.

Apenas este jueves, López-Gatell explicó que el sistema de salud que recibió el gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentaba graves deficiencias y culpó al sistema económico de los últimos treinta años de ser el principal causante de las vicisitudes que se han presentado durante el problemático brote de coronavirus que afecta nuestro país.

Las anteriores palabras recuerdan al repetitivo y cansado discurso de AMLO que habla sobre el ‘neoliberalismo’. En la lógica del gobierno del político de Macuspana, Tabasco, todas las deficiencias que se viven en el día a día de la administración pública mexicana están estrechamente relacionadas a los anteriores gobiernos.

Pese a que, parcialmente hay razón en este enunciado, el utilizarlo como herramienta política en cualquier momento y lugar tiene consecuencias negativas. Su uso como recurso en una pandemia en la que, diariamente, se pierden cientos de vidas humanas en el país es draconiano.

A Hugo López-Gatell, las circunstancias le han salido caras: mientras que al principio trató de involucrarse lo menos posible en los complejos asuntos políticos que se gestan desde el ‘mundo según AMLO’, cada vez se ha sido muy imposible.

La progresiva politización de la pandemia y la conversión de Hugo López-Gatell en un vocero de discurso de la 4T traen problemas: la deshumanización del discurso y el uso de la nueva normalidad como una herramienta política de confrontación.

El ver cómo el doctor se transformó fue decepcionante para todos, pero algo esperable dentro del panorama político de la nación.

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