Opinión

Trump, el profeta del odio

martes, 9 de junio de 2020 · 14:24

Twitter: @marisahurtadom

Deplorablemente, la historia de George Floyd es una entre miles, y no hay sorpresas en que este tipo de cosas ocurran en Estados Unidos, y que se hayan intensificado desde hace más de 3 años. Esto debido a que, desde el día uno de su campaña, sabíamos que, si Trump llegaba a la presidencia, algo como esto ocurriría, pues al tener un líder misógino, xenófobo, megalómano, paranoico, homofóbico, nacionalista y racista, se abrieron las puertas para poder demostrar públicamente la intolerancia, la discriminación y el racismo.

Los perpetradores del asesinato de Floyd, son sólo una pequeña parte de esa audiencia que le aplaudieron, al entonces candidato, sus desvaríos contra los mexicanos e inmigrantes y que justamente lo colocaron en la silla presidencial. Ahora, esto mismos individuos, nos muestran algo que creíamos irrepetible:

 

La normalización del racismo, donde una persona fue asesinada y un sinfín más han resultado heridas por plantarle cara a la violencia.

La muerte de Floyd no hace más que evidenciar que, los Estados Unidos de Trump, son sólo una nueva edición de un país en el que injustificables actos de violencia, son propiciados. El ver a policías sometiendo a gente desarmada al punto de matarlos, atacando a gente que protesta de manera pacífica, a individuos haciendo challenges sobre la muerte de un ser humano y desvalorizando su homicidio, son el retrato del deterioro de la sociedad estadounidense actual y la decadencia de sus valores tradicionales, así como el regreso de un terror que sólo debería estar en los recuerdos.

Todavía más impactante, pero más que nada intolerable, es que Trump no reprobará estos actos como merecían, y que aprovechara la tragedia para decir que la economía del país está creciendo y que “George estaría muy feliz”. Más aún, insultó la memoria del fallecido al retwittear un comentario del antiguo presentador de Fox News, Glenn Beck, que citó al comentarista conservador, Candace Owens, diciendo: "El hecho de que (Floyd) haya sido elevado a mártir me enferma”.

Por último, ¿podíamos esperar un comportamiento diferente de Donald? ¿Cómo iba a ir en contra de algo que el mismo representa? Al final él ha profesado un discurso de odio desde el comienzo y ha sido la mano que mece la cuna, dejando que el resentimiento fluya libre. Tristemente, con Trump en el poder sí hay lugar para aquellos que buscan “recuperar América para los blancos”.

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