Opinión

Propaganda criminal y (des) control de drogas

domingo, 28 de junio de 2020 · 14:57

Twitter: @jonasartre

Lo lograron, mediante un atentado y propaganda criminal de corte espectacular, el Cártel Jalisco Nueva Generación se consolidó este fin de semana como un agente de presión en la Ciudad de México. Y más grave aún, ha sido el manejo de la crisis por parte de la administración de la Ciudad, la cual ha sido, improvisada y hasta cierto punto inverosímil. Por ejemplo, y a pesar de la rapidez de algunas detenciones, resulta preocupante el hecho de que ninguna agencia de inteligencia pudo detectar movimientos sospechosos, tampoco hubo intercepción de radio frecuencias y sólo mediante la reacción defensiva de agentes de la SSC pudieron detener a un grupo de hombres fuertemente armados en un vehículo blindado artesanalmente en una colonia de alto poder adquisitivo.

En primer lugar, señalaría que dentro de las varias consecuencias imprevistas por el Régimen Internacional de Prohibición de drogas, se menciona que los mercados ilícitos de drogas han incrementado la corrupción, socavado la gobernabilidad y han alimentado el conflicto y la violencia. En este orden de ideas, el sistema de fiscalización ha provocado más problemas que soluciones creando un descontrol de drogas en lugar de fortalecer el estado de derecho y un control responsable de las mismas.

En segundo lugar, es complicado establecer una genealogía del CJNG, pero se sabe que es un grupo criminal derivado de un viejo grupo de traficantes Michoacanos llamados Los Valencia, los cuales se fragmentaron y algunos de sus remanentes tejieron una serie de alianzas con otros grupos políticos y criminales. Haciéndose públicos en el año 2011 dejando una camioneta con 35 cadáveres en la zona turística de Boca del Río, Veracruz. Y han participado de conflictos locales como el financiamiento y entrenamiento de las llamadas autodefensas en Michoacán y han protagonizado una serie de incursiones violentas en la zona del bajío.

En cuanto a la manera de operar de este grupo criminal ha sido mediante la teatralidad, con narrativas de terror y mediante el uso de propaganda criminal, técnicas de guerra psicológica y tácticas paramilitares, las cuales han sido ampliamente documentadas como: el reclutamiento forzado, manejo de técnicas de combate urbano, fabricación de blindaje y armamento artesanal, gestión de comunicación mediante redes sociales con mensajes de intimidación y actos de propaganda como la entrega de despensas en sus zonas de influencia. Por lo que refiere, a poder financiero, se han convertido en menos de una década en un grupo consolidado con redes amplias de lavado de dinero y trasiego trasnacional, debido a su hegemonía en la elaboración de drogas sintéticas como la metanfetamina, se ha señalado que el grupo denominado Los Cuinis, una facción civil y aliada del Cártel Jalisco, es una de las organizaciones criminales más lucrativas y rentables a nivel regional y quizá global.

El Cártel Jalisco en la CDMX

El CJNG, ha desarrollado un sistema de cooptación mediante franquicias criminales, con el secuestro y captura de las mafias locales y negocios ilícitos como: la explotación de la renta criminal del cobro de piso, secuestro, extorsión, robo de hidrocarburo, de vehículos y el control de la venta al menudeo de drogas ilícitas. Según notas de prensa, se ha documentado que en CDMX al menos desde hace un año disputan el control territorial con los grupos del crimen organizado locales mediante homicidios selectivos y con la entrega de armamento de grueso calibre a narcomenudistas para eliminar a sus competidores.

Finalmente, señalaría que la operación de grupos violentos en la CDMX ha sido constante en la última década, los cuales han utilizado propaganda criminal como: el manejo del cuerpo muerto, atentados a funcionarios, mensajes intimidatorios en mantas, videos, redes sociales, secuestros y masacres. Por lo que, se debe pensar al CJNG desde un marco global-local respecto a la reconfiguración del poder político y del poder criminal resultante de una estrategia fallida y relaciones de complicidades y corrupción a todos los niveles. Que sin duda, ponen como horizonte la urgencia de un nuevo marco regulatorio para tener un control responsable de ciertos mercados de drogas, re orientando y fortaleciendo los esfuerzos de las agencias de seguridad, justicia en grupos violentos y sobre todo continuar con las operaciones de inteligencia financiera.

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