Opinión

Inédito atentado

domingo, 28 de junio de 2020 · 19:20

Twitter: @IngridScarlett

El atentado contra Omar García Harfuch representa un atentado contra cada uno de las y los ciudadanos de la Ciudad de México, intentar quitar la vida a una persona es inadmisible, porque respetar la vida humana es una condición sine qua non para que las personas podamos vivir en paz.

¡Qué lamentable y triste ha sido la pérdida de vidas! Estos hechos inéditos a todos debería indignarnos, nada por encima de la ley nada debe quitar la paz de las personas que dignamente trabajan por México para ofrecernos un entorno más seguro y digno. Lamentablemente una mujer aislada de estos hechos perdió la vida estando en el lugar y momento del atentado, esa mujer pude haber sido cualquiera de nosotros y es algo que no podemos ni debemos olvidar.

Los actos de estos grupos de tensión tienen capacidad propia de ejercer poder sin una base legal, son organizaciones que influyen como poder real encima de la ley, instituciones y gobierno.

El crimen organizado es como un Frankenstein que el mismo Estado creo un monstruo que ya no se puede controlar, evidentemente esto no surgió de un día para otro, la permisividad de gobiernos, autoridades y pactos detrás del telón dieron pauta al crecimiento de estas organizaciones cobijadas bajo la sombra del poder y la autoridad.

Pero de unos años para acá el crimen organizado se ha permeado en la estructura porosa del Estado y hemos sido testigos de su debilitamiento, por ello la potencialidad de protección ha generado conflictos entre estos grupos de tensión y el gobierno, grupos de sicarios que han trastornado el orden y la paz entre la población de nuestro país.

Los grupos delictivos impactan en el poder constituido legalmente y trasciende su acción a ejercer violencia de manera que sus redes de intereses son expandidas al atacar sistemáticamente el marco legal y las instituciones de gobierno, lo más cruel la muerte de inocentes. Su existencia no fue por generación espontánea, no es de

ahora, no es algo nuevo pese a las tantas veces que se negó la existencia de estos grupos criminales en la Ciudad de México, lo que aconteció el viernes pasado es inaudito para las y los capitalinos.

Los servidores públicos como Harfuch que buscan hacer bien las cosas, con valentía y compromiso a la patria, a todos quienes con su trabajo exigen justicia para bienestar de la ciudadanía no deben ser intimidados, las cosas deben cambiar, el Estado mexicano debe prevalecer ante quienes actúan al margen de la ley.
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