Opinión

México en el Consejo de Seguridad (2021-2022)

miércoles, 24 de junio de 2020 · 13:03

Twitter: @LaniAnaya

El pasado miércoles 17 de junio, nuestro país fue elegido como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (CSONU) para el periodo 2021-2022. El CSONU es considerado el órgano más importante de la ONU ya que tiene la responsabilidad de mantener la paz y seguridad internacionales. En él participan cinco países de manera permanente (China, Estados Unidos, Rusia, Francia y Gran Bretaña) cuyo derecho de veto paraliza cualquier posible resolución. Los miembros no permanentes son 10 países que representan a las regiones de a) América Latina y el Caribe; b) África; c) Europa Occidental; d) Europa Oriental, e)Asia-Pacífico. Para obtener un asiento con una duración de dos años, el país debe contar con tres cuartas partes de los sufragios emitidos por los 193 Estados Miembros de la ONU.

Si bien este órgano ha sido criticado por los procesos de toma de decisiones -que distan de ser democráticos- también es el único cuerpo de la ONU cuyas decisiones son vinculantes. Por ello, es preciso hacer algunas anotaciones en los logros y retos que conlleva este momentum. México ha construido una muy buena trayectoria multilateral que lo ha posicionado como líder regional; cuenta con una consolidada trayectoria en la defensa pacífica de controversias. Esto le ha dado la oportunidad de participar en el CSONU en cuatro ocasiones previas. La candidatura de México -registrada desde 2011- conforma un esfuerzo que trasciende la orientación política de los sexenios.

Parte de las responsabilidades de México serán participar en las reuniones plenarias, consultas informales, reuniones de grupos de trabajo y de comités así como negociaciones de resoluciones del Consejo de Seguridad, misiones del Consejo. Nuestro país también fungirá como Presidente del Consejo de Seguridad durante un mes (rotación en orden alfabético), posiblemente entre noviembre o diciembre de 2021.

Esta elección marca numerosos retos dada la coyuntura actual. Si hablamos de paz y seguridad internacionales, nos encontramos en el aumento de conflictos internos en el mundo como en Siria, Yemen, Nigeria, Somalia -por mencionar algunos- que impactan en la seguridad, dignidad, cambio climático, desarrollo, cuestiones humanitarias, y en general las estructuras de dichos países. México tendrá que abogar por una paz sostenible en el marco de la agenda internacional que últimamente se ha enfocado abordar los conflictos desde el lado de la prevención por encima de la contención, tomando como eje el cumplimiento de derechos humanos. En este sentido, se tendrán que analizar de nueva cuenta los principios de política exterior mexicana y sus efectos en la toma de decisiones en el CSONU.

Desde los balances de poder, México podrá demostrar una visión global, multilateral y relacionalmente diversa. En primer lugar, se pueden aprovechar los vacíos regionales de izquierda al mismo tiempo que se escuche y represente la voz latinoamericana en temas de derecho internacional, desarme, tráfico de armas, entre otros. Además, México entra en un contexto de mayor flexibilidad política dado el distanciamiento de los Estados Unidos en los foros multilaterales, lo que le podría ofrecer más pautas de acción. La visión multilateral y de cooperación internacional será importante como contrapeso ante las tendencias de aislacionismo, nacionalismos y proteccionismo.

Otro aspecto de suma relevancia en este momento será el de la pandemia(s) y las implicaciones de la misma en el sentido de manejo de riesgos al igual las repercusiones integrales en materia económica, de desigualdades exacerbadas que pueden permear en mayores amenazas a la paz y seguridad internacionales. Del mismo modo, México podrá dar prioridad en los temas transversales del Consejo de Seguridad, tales como el rol de las mujeres y los jóvenes en temas de paz y seguridad (resoluciones 1325, 2250 y 2419), mismos que son relevantes a nivel nacional, regional y global,

El lugar que México ocupará en el CSONU ha sido producto de sexenios de trabajo, de una tradición honrosa en materia de política exterior que se traduce en la confianza sufragio desde los Estados Miembros.

Este hecho, en el contexto actual, cobra mayor relevancia. El lugar conferido nos llevará fuera de la zona de confort al tener que pronunciar una posición a nivel internacional en temas que nacionalmente se han descuidado; sin dejar de lado las necesarias reflexiones sobre los principios de la política exterior mexicana y cómo impactan en decisiones que se deberán tomar en el Consejo de Seguridad. Será un trabajo retador; sin embargo, el cuerpo diplomático mexicano cuenta con personal altamente capacitado para enfrentarse a las tareas que el puesto demanda.

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